LA HISTORIA
DE NOEMÍ,
INFAUSTA, Y HONDAMENTE CONMOVEDORA.
19
Anduvieron,
Pues, Ellas Dos Hasta Que Llegaron A Belén; Y Aconteció Que Habiendo Entrado En
Belén, Toda La Ciudad Se Conmovió Por Causa De Ellas, Y Decían: ¿No Es Ésta
Noemí?
20
Y
Ella Les Respondía: No Me Llaméis Noemí,
[a] Sino Llamadme Mara, [b] Porque
En Grande Amargura Me Ha Puesto El Todopoderoso.
21
Yo Me
Fui Llena, Pero Jehová Me Ha Vuelto Con Las Manos Vacías. ¿Por Qué Me Llamaréis
Noemí, Ya Que Jehová Ha Dado Testimonio Contra Mí, Y El Todopoderoso Me Ha
Afligido?
Noemí salió al exilio a causa de la hambruna en su tierra, Belén De Judá y fue a morar en los campos de Moab, con su marido, Elimelec y dos hijos suyos, y se quedaron allí.
La Biblia nos cuenta de este modo:
1 “Aconteció En Los Días Que
Gobernaban Los Jueces, Que Hubo Hambre En La Tierra. Y Un Varón De Belén De Judá
Fue A Morar En Los Campos De Moab, Él Y Su Mujer, Y Dos Hijos Suyos.
2 El Nombre De Aquel Varón
Era Elimelec, Y El De Su Mujer, Noemí; Y Los Nombres De Sus Hijos Eran Mahlón Y
Quelión, Efrateos De Belén De Judá. Llegaron, Pues, A Los Campos De Moab, Y Se
Quedaron Allí.
3 Y Murió Elimelec, Marido
De Noemí, Y Quedó Ella Con Sus Dos Hijos,
4 Los Cuales Tomaron Para Sí
Mujeres Moabitas; El Nombre De Una Era Orfa, Y El Nombre De La Otra, Rut; Y
Habitaron Allí Unos Diez Años.
5 Y Murieron También Los Dos,
Mahlón Y Quelión, Quedando Así La Mujer Desamparada De Sus Dos Hijos Y De Su
Marido.
6 Entonces Se Levantó Con
Sus Nueras, Y Regresó De Los Campos De Moab; Porque Oyó En El Campo De Moab Que
Jehová Había Visitado A Su Pueblo Para Darles Pan.
7 Salió, Pues, Del Lugar
Donde Había Estado, Y Con Ella Sus Dos Nueras, Y Comenzaron A Caminar Para
Volverse A La Tierra De Judá.
8 Y Noemí Dijo A Sus Dos
Nueras: Andad, Volveos Cada Una A La Casa De Su Madre; Jehová Haga Con Vosotras
Misericordia, Como La Habéis Hecho Con Los Muertos Y Conmigo.
9 Os Conceda Jehová Que
Halléis Descanso, Cada Una En Casa De Su Marido. Luego Las Besó, Y Ellas
Alzaron Su Voz Y Lloraron,
10 Y Le Dijeron: Ciertamente
Nosotras Iremos Contigo A Tu Pueblo.
11 Y Noemí Respondió:
Volveos, Hijas Mías; ¿Para Qué Habéis De Ir Conmigo? ¿Tengo Yo Más Hijos En El
Vientre, Que Puedan Ser Vuestros Maridos?
12 Volveos, Hijas Mías, E
Idos; Porque Yo Ya Soy Vieja Para Tener Marido. Y Aunque Dijese: Esperanza
Tengo, Y Esta Noche Estuviese Con Marido, Y Aun Diese A Luz Hijos,
13 ¿Habíais Vosotras De
Esperarlos Hasta Que Fuesen Grandes? ¿Habíais De Quedaros Sin Casar Por Amor A
Ellos? No, Hijas Mías; Que Mayor Amargura Tengo Yo Que Vosotras, Pues La Mano
De Jehová Ha Salido Contra Mí.
14 Y Ellas Alzaron Otra Vez
Su Voz Y Lloraron; Y Orfa Besó A Su Suegra, Mas Rut Se Quedó Con Ella.
15 Y Noemí Dijo: He Aquí Tu
Cuñada Se Ha Vuelto A Su Pueblo Y A Sus Dioses; Vuélvete Tú Tras Ella.
La Nobleza de Rut
16 Respondió Rut: No Me
Ruegues Que Te Deje, Y Me Aparte De Ti; Porque A Dondequiera Que Tú Fueres, Iré
Yo, Y Dondequiera Que Vivieres, Viviré. Tu Pueblo Será Mi Pueblo, Y Tu Dios Mi
Dios.
17 Donde Tú Murieres, Moriré
Yo, Y Allí Seré Sepultada; Así Me Haga Jehová, Y Aun Me Añada, Que Sólo La
Muerte Hará Separación Entre Nosotras Dos.
18 Y Viendo Noemí Que Estaba
Tan Resuelta A Ir Con Ella, No Dijo Más.
19 Anduvieron, Pues, Ellas
Dos Hasta Que Llegaron A Belén; Y Aconteció Que Habiendo Entrado En Belén, Toda
La Ciudad Se Conmovió Por Causa De Ellas, Y Decían: ¿No Es Ésta Noemí?
20 Y Ella Les Respondía: No
Me Llaméis Noemí, Sino Llamadme Mara; Porque En Grande Amargura Me Ha Puesto El
Todopoderoso.
21 Yo Me Fui Llena, Pero
Jehová Me Ha Vuelto Con Las Manos Vacías. ¿Por Qué Me Llamaréis Noemí, Ya Que
Jehová Ha Dado Testimonio Contra Mí, Y El Todopoderoso Me Ha Afligido?
22 Así Volvió Noemí, Y Rut La
Moabita Su Nuera Con Ella; Volvió De Los Campos De Moab, Y
Llegaron A Belén Al Comienzo De La Siega De La Cebada.”
El Testimonio De Inmigrantes Buscando Un Futuro Mejor.
Algunos creen que la historia se
repite hasta en los tiempos actuales…….Los migrantes salen lleno de ilusiones
para emprender una vida próspera en otras tierras.
Hoy la situación ha empeorado,
pues los que se expatrían son niños. La
noticia es alarmante, decenas de miles de menores que, enviados por sus padres o por decisión
propia, abandonan sus hogares en el ardiente sur, en Guatemala, Honduras o El
Salvador, para buscar una vida mejor más allá del Río Bravo. La enorme ola
migratoria que golpea estos meses las puertas de Estados Unidos pone en evidencia
el sistema migratorio, y revela la falta de respuestas de este país invadido.
La llegada masiva de menores a la frontera ha provocado en las últimas
semanas una crisis humanitaria que ha desbordado todas las previsiones de los
gobiernos por los que transitan hasta el destino final.
Tan solo en el mes de mayo 9,000 menores llegaron a Estados Unidos. La
cifra en la actualidad ya llega a cerca
de 52,000.
Cruzar la frontera mexicana les es de enorme riesgo a causa de asaltos
en los caminos, atravesar una tierra de desiertos controlados por el terrorismo
que vigila esos dominios.
Menos cruel fue la situación
emigrada de Noemí y su familia. Salieron llenos, con recursos, pero Jehová los
puso con las manos vacías (Versículo
21). No fueron deportados, sino
que Dios les ofrecía otro destino en su pueblo de origen. Jehová Había Visitado A Su Pueblo Para Darles
Pan. Entonces Noemí Se Levantó Con Sus Nueras, Y Regresó De Los Campos De Moab
(Versículo
6).
La analogía
de esta historia representa al Israel desolado, así como Rut
representa al remanente despreciado pero piadoso, que es introducido a una
bendición plena al final, sobre la base de una gracia soberana, como gentiles,
pero confiándose a la bondad del Pariente Cercano-Redentor.
Pero
Tú Eres Nuestro Padre, Si Bien Abraham Nos Ignora, E Israel No Nos Conoce; Tú,
Oh Jehová, Eres Nuestro Padre; Nuestro Redentor Perpetuo Es Tu Nombre. (Isaías
63:16 )
Hay la Esperanza en Jesucristo, El Redentor,
para cambiar los corazones de los pueblos que sufren hoy en día la
invasión de esa ola migratoria si
vuelven los ojos al Señor que cuida de sus hijos, más siendo niños como son los
usurpadores, por cuanto de ellos es el Reino de Los Cielos,
Jesús Bendice A Los Niños:
Y Les Dijo:
Dejad A Los
Niños Venir A Mí, Y No Se Lo Impidáis; Porque De Los Tales Es El Reino De Dios.
De Cierto Os
Digo, Que El Que No Reciba El Reino De Dios Como Un Niño, No Entrará En Él. Marcos
10:14-15
Oremos para
que esto acontezca en La Misericordia Del Señor.
1º de Julio
del 2014