¡La Seguridad Eterna!
¡La Certeza
y Convicción De Nuestra Fe!
1 Todo Aquel Que Cree Que Jesús Es El Cristo, Es
Nacido De Dios; Y Todo Aquel Que Ama Al Que Engendró, Ama También Al Que Ha
Sido Engendrado Por Él.
2 En Esto Conocemos Que Amamos A Los Hijos De Dios, Cuando
Amamos A Dios, Y Guardamos Sus Mandamientos.
3 Pues Este Es El Amor A Dios, Que Guardemos Sus
Mandamientos; Y Sus Mandamientos No Son Gravosos.
4 Porque Todo Lo Que Es Nacido De Dios Vence Al
Mundo; Y Esta Es La Victoria Que Ha Vencido Al Mundo, Nuestra Fe.
5 ¿Quién Es El Que Vence Al Mundo, Sino El Que Cree Que Jesús
Es El Hijo De Dios?
¡El Testimonio
Del Espíritu!
6 Este Es Jesucristo, Que Vino Mediante Agua Y
Sangre; No Mediante Agua Solamente, Sino Mediante Agua Y Sangre. Y El Espíritu Es
El Que Da Testimonio; Porque El Espíritu Es La Verdad.
7 Porque Tres Son Los Que Dan Testimonio En El Cielo: El Padre,
El Verbo Y El Espíritu Santo; Y Estos Tres Son Uno.
8 Y Tres Son Los Que Dan Testimonio En La Tierra: El Espíritu,
El Agua Y La Sangre; Y Estos Tres Concuerdan.
9 Si Recibimos El Testimonio De Los Hombres, Mayor Es
El Testimonio De Dios; Porque Este Es El Testimonio Con Que Dios Ha Testificado
Acerca De Su Hijo.
10 El Que Cree En El Hijo De Dios, Tiene El Testimonio
En Sí Mismo; El Que No Cree A Dios, Le Ha Hecho Mentiroso, Porque No Ha Creído
En El Testimonio Que Dios Ha Dado Acerca De Su Hijo.
11 Y Este Es El Testimonio: Que Dios Nos Ha Dado Vida
Eterna; Y Esta Vida Está En Su Hijo.
12 El Que Tiene Al Hijo, Tiene La Vida; El Que No
Tiene Al Hijo De Dios No Tiene La Vida.
El Conocimiento
De La Vida Eterna
13 Estas Cosas Os He Escrito A Vosotros Que Creéis En
El Nombre Del Hijo De Dios, Para Que Sepáis Que Tenéis Vida Eterna, Y Para Que
Creáis En El Nombre Del Hijo De Dios.
Fundamento De La Fe:
El Padre Celestial Nos Da El Testimonio:
Que Tenemos Vida Eterna Por Medio De Su Hijo Jesucristo
Que Somos Salvos Por La Eternidad
La Garantía:
El Amor Incondicional:
Envió A Su Hijo Jesucristo A Morir Por Nosotros
Para Que Pudiéramos Tener Vida Eterna.
Cristo Al Morir Pagó Por Todos
Nuestros Pecados Y Completó La Obra Redentora Para Asegurar Nuestra Salvación
¡Jesús Decretó En La Cruz!
“Consumado Es”
Acabó Su Obra Expiatoria De “Justicia
Divina De Santidad En Nuestras Vidas Restauradas A Su Gloria”.
30 Cuando Jesús Hubo Tomado El Vinagre, Dijo: Consumado Es.
Y Habiendo Inclinado La Cabeza, Entregó El Espíritu. Juan
19:30
La Promesa De Dios:
¡Decreto Divino!
Nunca Estaremos Separados De Él Y Que Nadie Podrá
Arrebatarnos De Su Mano.
28 Y Yo Les Doy Vida Eterna; Y No
Perecerán Jamás, Ni Nadie Las Arrebatará De Mi Mano.
29 Mi Padre Que Me Las Dio, Es Mayor Que Todos, Y
Nadie Las Puede Arrebatar De La Mano De Mi Padre.
30 Yo Y El Padre Uno Somos. Juan
10:28-30
Jesucristo Fue Adelante A Preparar Un Lugar Para
Nosotros, Y Regresará Para Llevarnos Allá
2 En La Casa De Mi Padre Muchas Moradas Hay; Si Así
No Fuera, Yo Os Lo Hubiera Dicho; Voy, Pues, A Preparar Lugar Para Vosotros.
3 Y Si Me Fuere Y Os Preparare Lugar, Vendré Otra
Vez, Y Os Tomaré A Mí Mismo, Para Que Donde Yo Estoy, Vosotros También
Estéis. Juan
14:2-3
¡Nuestro Futuro Está En El Cielo Con Dios!
¡El Sello De Garantía!
¡La Autoridad Del Espíritu Santo Asegura Nuestra
Salvación Eterna!
19 Porque Jesucristo, El Hijo De Dios,
Siempre Ha Sido «Sí» En Él. 20 Porque Todas Las
Promesas De Dios En Él Son «Sí». Por Eso, Por Medio De Él También Nosotros
Decimos «Amén», Para La Gloria De Dios. 21 Y
Es Dios El Que Nos Confirma Con Ustedes En Cristo, Y Es Dios El Que Nos Ha
Ungido, 22 Y Es Dios El Que También Nos
Ha Marcado Con Su Sello, Y El Que, Como Garantía, Ha Puesto Al Espíritu En
Nuestros Corazones.
19 Porque El Hijo De Dios, Jesucristo No Ha Sido Sí Y
No; Mas Ha Sido Sí En Él; 20 Porque Todas Las Promesas De Dios
Son En Él Sí, Y En Él Amén, Por Medio De Nosotros, Para La Gloria De Dios.
21 Y El Que Nos Confirma Con Vosotros En Cristo, Y El
Que Nos Ungió, Es Dios, 22 El Cual También Nos Ha Sellado, Y
Nos Ha Dado Las Arras Del Espíritu En Nuestros Corazones.
Epílogo:
¡Cuánto
Amor Dios Nos Ha Entregado, El Padre, Su Hijo Jesucristo y El Espíritu Santo,
Asegurando Nuestra Salvación Eterna Sin Más Que Entregarle Nuestra Mente,
Nuestro Corazón, Alma y Espíritu a Su Gobierno Divino En Obediencia a Su
Soberanía Presta a Estar Al Cuidado De Sus Hijos Para Ser Salvos, Siempre
Salvos En Su Gloria Celestial.
¡Inaugurar
Un Nuevo Año En Nuestras Vidas Bajo La Autoridad y Gobierno De Dios Es La Mayor
Felicidad De La Que Se Puede Gozar, Y Esos Abrazos Que Siguen A Los Festejos De
Celebración Sean Para La Gloria, Honra y Honor De Nuestro Salvador!... ¡Amén!
Viernes, 30 de Diciembre de 2016