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jueves, 13 de marzo de 2008

“He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero”. Hechos 13:22

¿¿¿Quien será como...
El dulce cantor de Israel???...Así se le llamaba a David en el Antiguo Testamento, porque era un hombre conforme al corazón de Dios.¡Me encanta lo que dice David!:" Habrá un justo que gobierne entre los hombres, que gobierne en el temor de Dios.Será como la luz matinal, como el resplandor del sol en una mañana sin nubes; como la lluvia que hace brotar la hierba de la tierra"Que impacto puede tener alguien que en verdad quiera ser así, así como David lo describe.¿Quieres ser tù?... ¡o tù!... pues a mi me encantaría.

“Bueno--- Les Escribo Algo Que Escribí En Mi Hi5, Me Gusto Mucho Y Quiero Compartirlo Con Ustedes”:

Les saluda: Ivonne Alama Ventocilla

martes, 4 de marzo de 2008

Dios Es Espíritu; y Los Que Le Adoran, En Espíritu y En Verdad Es Necesario Que Adoren



¡CRISTO EN NOSOTROS
ESPERANZA DE GLORIA!

A quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, Colosenses 1:27

"Cristo En Nosotros" Es:
I. ¡Nuestra justicia y fortaleza!
Cristo es el firme fundamento sobre el cual esperamos la gloria.
“Para que habite Cristo por la fe en nuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seamos plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seamos llenos de toda la plenitud de Dios”, (Efesios 3:17-19)
Cuando el Espíritu Santo llega al corazón de un pecador arrepentido, la excelencia de Cristo en su vida se hace evidente; su corazón desea íntimamente a Cristo y acude a Él en busca de Salvación.
Desde entonces todo nuevo descubrimiento que hace del amor de Cristo renueva la plenitud de Dios en su vida. Y cada oprobio que su alma le infiera, cada tentación, cada caída en el pecado, cada aflicción le lleva a tomarse de la mano del Señor en oración.
De este modo, por una fe constante y permanente (el justo vivirá -de modo continuo- por la fe), puede decirse que Cristo habita por la fe en su corazón.
Cristo, así asido por la fe, se constituye en la esperanza de su gloria.
Es esa fe viva, ese recibimiento íntimo de Cristo que nos da una serena, dulce y plena esperanza de gloria.
El cristiano que de verdad puede decir "Cristo es mío", puede también añadir " La gloria es mía". Porque no necesitamos nada ni nadie más que a Cristo para defendernos en el día del juicio. ¿Puedes decir tú sinceramente que Cristo es de ese modo tu esperanza de gloria?
Si no tienes así a Cristo, no tienes en modo alguno la esperanza de la gloria.

II. ¡El gobierno del Espíritu Santo en nosotros!
La certeza que: ¡El Espíritu Santo mora en nosotros!
(Gálatas 4:19)”,..., hasta que Cristo sea formado en vosotros”.
Cristo nos dice: " Permaneced en mí, y yo en vosotros. " (Juan 15:4). "Yo en ellos y tu en mí" (Juan, 17:23), “y yo en ellos" (v.26).
1. El Espíritu Santo nos posee:
(1 Corintios 2:16). “Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.
Por la mente, (el entendimiento y la conciencia) se comprende los pensamientos del hombre, sus capacidades intelectuales. Mas la mente de Cristo es superior, y ella mora en el cristiano; Dios se revela por medio de la fe en Cristo Jesús, y es el camino a la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por Él. (Juan 14:6.).
Dios nos ha dado el Espíritu Santo y Él guía nuestro andar desde que aceptamos a Cristo como Señor y Salvador. El que acepta a Cristo Jesús en su corazón, tiene la mente formada en El Señor, y piensa como Cristo.
Eso no significar, que se tenga toda la sabiduría divina, que sobrepasa toda razón humana sobre las cosas reales y posibles, las cuales, son sólo patrimonio del Señor; ni supone el mismo juicio infalible que Cristo tiene de todo lo creado; sino que, se ve todas las cosas con la luz de Cristo que ilumina nuestro entendimiento. Resplandor divino que abre nuestra mente al deleite de su gloria.
2 Corintios 4:6 Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo
De modo que se distingue el pecado como lo hace Cristo. El pecado es perverso y aflictivo; inmundo y abominable. Los planes que encaminan al pecado, son engañosos y de aparente ilusión.
Ser concientes, de su terrible peligro, y clamar a Dios en oración “... que no nos meta en tentación, mas nos libre del mal” ( Mateo 6:13)
Reconocer el terrible peligro de caer en pecado y cuán unido al pecado se halla el más intenso sufrimiento, infelicidad y desgracia del hombre.
Mas, la relación con Cristo nos protege de caer en pecado.
(1 Juan 3:9) “Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios”.
Cristo nos hace vivir el evangelio, como poder de Dios para salvación, (Romanos 1:16)
Descubrimos glorias maravillosas: Que somos elegidos hijos de Dios, antes de que el mundo fuera creado; Privilegio inconmensurable.
(Efesios 1:3-5) “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad”,
¿Cuál debe ser nuestra actitud frente al privilegio de ser hechos hijos de Dios por medio de Jesucristo?
Presentar nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios que es nuestro culto racional. (Romanos 12:1)
El culto racional significa:
Ser participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria nos gocemos con gran alegría, (1 Pedro 4: 13).
Someternos a la voluntad de Dios que es nuestra santificación. (1ª Tesalonicenses 4:3)
Vivir en la fe en Cristo Jesús, el cual nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros (Gálatas 2:20).
Siendo miembros de Cristo y templo del Espíritu Santo, nuestro sacrificio es vivo cuando nos ofrecemos para servir a su justicia.
(Romanos 6:19,22) “...así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia. Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna”.
El culto racional es verdadera adoración del cristiano en espíritu y en verdad; que agrada a Dios.
(Juan 4:24) “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren”.
Es el culto conciente, la renuncia viva a las veleidades de la carne, para agradar a Dios.
Es el culto espiritual ofrenda de nuestra manera de vivir para El Señor y no vana liturgia religiosa, o de adoctrinamiento dogmático. Dios no quiere que llevemos vidas religiosas, sino vidas santas que honren a Dios.
Es la obra divina que el mismo Dios de paz nos santifica por completo; y todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, son guardados irreprensibles para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Amén. (1 Tesalonicenses 5:23).
Que Dios los bendiga.

miércoles, 27 de febrero de 2008

Sin Fe No Hay Unión Con Cristo. Y La Unión Con Cristo Es Indispensable Para Nuestra Salvación. ¿Tienes Fe?


Sin Fe No Hay Unión Con Cristo. Y La Unión Con Cristo Es Indispensable Para Nuestra Salvación. ¿Tienes Fe?

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” Hebreos 11:6.

El fin principal del hombre es “agradar a Dios,” Si un hombre agrada a Dios, hace lo que más le conviene para su bienestar temporal y eterno. El hombre no puede agradar a Dios sin atraer hacia sí mucha felicidad, pues si alguien agrada a Dios, es porque Dios lo acepta como Su hijo.
Él le otorga las bendiciones de la adopción, derrama en él la abundancia de Su gracia, lo bendice en esta vida y le asegura una corona de vida eterna, que él usará y que brillará con un lustre inagotable, aún cuando todas las guirnaldas de la gloria terrenal se hayan deshecho.
Por el contrario, si un hombre no agrada a Dios, inevitablemente atrae hacia sí penas y sufrimiento en esta vida. Coloca gusanos y podredumbre en la puerta de todas sus alegrías. Llena su almohada mortuoria con espinas y aumenta el fuego eterno con carbones llameantes que lo van a consumir eternamente.
La única pregunta importante es ¿cómo puedo agradar a Dios? Y hay algo muy solemne en lo que dice nuestro texto: “Sin fe es imposible agradar a Dios.”
Es decir, puedes hacer lo que quieras, esforzarte tanto como puedas, vivir de la manera más excelente que quieras, presentar los sacrificios que escojas, distinguirte como puedas en todo aquello que es honorable y de buena reputación; sin embargo nada de esto puede ser agradable a Dios a menos que lleve el ingrediente de la fe.
Como dijo Dios a los judíos: “En toda ofrenda ofrecerás sal,” Levítico 2:13; así Él nos dice a nosotros: “Con todo lo que haces debes traer fe, pues de lo contrario, sin fe es imposible agradar a Dios.”
Caín y Abel, en un día muy soleado erigieron dos altares, uno junto al otro. Caín tomó de los frutos de los árboles y de la abundancia de la tierra y colocó todo sobre su altar. Abel trajo de los primogénitos del rebaño, poniéndolo sobre su altar. Se iba a decidir cuál de los dos sacrificios aceptaría Dios.
Caín había traído lo mejor que tenía pero lo trajo sin fe. Abel trajo su sacrificio, con fe en Cristo.
Ahora, ¿cuál sería mejor recibido? Las ofrendas eran iguales en valor; en lo relativo a la calidad, eran igualmente buenas.
¿En cuál de esos altares descendería el fuego del cielo? ¿Cuál consumiría el Señor Dios con el fuego de Su agrado? Oh, veo que la ofrenda de Abel arde y que el semblante de Caín se ha decaído, pues a Abel y su ofrenda Jehová miró con agrado, pero no miró con agrado a Caín ni a su ofrenda.
Así será siempre, hasta que el último hombre sea reunido en el cielo.
Nunca habrá una ofrenda aceptable que no esté sazonada con la fe. No importa qué tan buena sea, con la misma buena apariencia de aquella que tiene fe: sin embargo, a menos que la fe esté con ella. Dios nunca la aceptará pues Él declara: “Sin fe es imposible agradar a Dios.”
¿Qué es la fe?
El primer elemento de la fe es el conocimiento.
Un hombre no puede creer lo que no conoce. Ese es un axioma claro y evidente. Si yo nunca he escuchado nada acerca de algo en toda mi vida y no lo conozco, no puedo creerlo. Es inútil que un hombre afirme: “soy creyente” y sin embargo no sepa en qué cree.
El Apóstol dijo: “¿Cómo creerán a aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?” Romanos 10:14-15 . Para que haya una fe verdadera, es necesario que un hombre sepa algo de la Biblia. Debe existir un cierto grado de conocimiento antes de que pueda haber fe.
“Escudriñad las Escrituras,” pues, “porque a vosotros os parece que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de Cristo.” Juan 5:39. Como resultado de escudriñar y de leer viene el conocimiento, y por el conocimiento viene la fe y por la fe viene la salvación.
El segundo elemento de la fe es el asentimiento.
Esto es, debemos creer lo que conocemos y tener la certeza que es la verdad de Dios. Y con devoción y con todo mi corazón debo recibir todas las Escrituras como inspiradas por el Altísimo, conteniendo toda la doctrina que Él requiere que yo crea para mi salvación.
Considera la Trinidad. No puedes entender la Trinidad en Unidad pero cree en ella. Ve el Sacrificio de expiación. Hay algo difícil en ese concepto pero lo crees. Y sea lo que sea que esté contenido en la revelación, besa el libro con devoción y di: “Lo amo todo, doy mi pleno, sincero y libre asentimiento a cada una de sus palabras, así sea una amenaza o una promesa, un proverbio, un precepto, o una bendición.” Como todo es Palabra de Dios, todo es absolutamente verdadero. Eso es lo que creo. Todo aquel que quiera ser salvo debe conocer las Escrituras y debe darle su total asentimiento.
Pues lo principal de la fe radica en el tercer elemento, es decir, en la confianza en la Verdad. No en creerla simplemente pero en hacerla nuestra y en descansar en ella para salvación.
Comprenderás esta palabra, apoyándote en ella, diciendo: “Esta es la Verdad, a ella confío mi salvación.”
Ahora, la fe verdadera, en su esencia misma se basa en esto: en apoyarse en Cristo. No me salvará si solamente sé que Cristo es un Salvador.
Pero me salvará si confío en Él para que sea mi Salvador. No seré librado de la ira venidera creyendo que Su expiación es suficiente, pero sí seré salvo cuando haga de esta expiación mi confianza, mi refugio y mi todo. La esencia de la fe radica en esto: arrojarse uno sobre la promesa. El salvavidas que permanece a bordo de un barco no puede ser el instrumento de salvación del hombre que se está ahogando, ni tampoco, la convicción que el salvavidas es un excelente y un efectivo invento puede salvarlo. ¡No! Es necesario que lo tenga alrededor de sus hombros, o en sus manos. De otra manera se hundirá.
Entonces, pecador, debes saber que Cristo murió por el pecado. Debes comprender que Cristo puede salvar y además debes creer que no serás salvo mientras no confíes en que Él es tu Salvador y que lo es para siempre.
Esta es la fe que salva. Y sin importar qué tan impía haya sido tu vida hasta ahora, esta fe, si te es dada en este momento, borrará todos tus pecados, cambiará tu naturaleza y te hará un hombre nuevo en Cristo Jesús.
Te conducirá a vivir una vida santa y hará tu salvación eterna tan segura como si un ángel te llevara esta mañana en sus resplandecientes alas y te transportara de inmediato al cielo. ¿Tienes tú esa fe? Esta es una pregunta de suma importancia. Pues mientras que con fe los hombres son salvos, sin fe son condenados.
“Aquél que cree en el Señor Jesucristo será salvo, aun si sus pecados son muchos. Pero aquél que no cree en el Señor Jesús será condenado, aun si sus pecados son pocos”, Marcos 16:16 ¿Tienes tú fe? Pues el texto declara “Sin fe es imposible agradar a Dios.
Nunca ha habido un caso registrado en la Escritura, de alguien que haya agradado a Dios sin fe. El capítulo 11 del Libro de Hebreos es el capítulo de los hombres que agradaron a Dios. Escuchen sus nombres: “Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio.” “Por la fe Enoc fue transpuesto.” “Por la fe Noé preparó el arca.” “Por la fe Abraham obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia.” “Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida.” “Por la fe Sara dio a luz a Isaac.” “Por fe ofreció Abraham a Isaac.” “Por fe Moisés rehusó los tesoros de los egipcios.” “Por fe bendijo Isaac a Jacob.” “Por fe Jacob bendijo a cada uno de los hijos de José.” “Por fe José, moribundo, se acordó de la partida de los hijos de Israel.” “Por fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca.” “Por fe cayeron los muros de Jericó.” “Por fe Rahab la ramera no pereció.” “¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas.” Todos estos fueron hombres de fe.
Debemos ir hacia Cristo de rodillas. Pues aunque Él es una puerta lo suficientemente grande para que el mayor de los pecadores pueda entrar, Él es una puerta tan baja que los hombres tienen que inclinarse si quieren ser salvos. Por eso es que la fe es necesaria, pues la incredulidad es una evidencia cierta de falta de humildad.
La fe es necesaria para la salvación porque la Escritura nos enseña que las obras no pueden salvar.
Si se confiara en las buenas obras para ser salvo, ellas ya se habrían corrompido de por sí, y ya no serían buenas obras. Haz buenas obras, todas las que puedas, pero deposita tu confianza en nuestro Señor Jesucristo. Si no lo haces así, nunca abrirás la puerta del Cielo. Se debe tener fe verdadera, porque la vieja llave de las buenas obras está tan dañada por todos nosotros que nunca podremos entrar al Paraíso utilizando esa llave.
Si alguno de ustedes pretende no tener pecado, lo diré con sinceridad, se engaña a sí mismo y la Verdad no está en él.
¡Cuida tus buenas obras! Hazlas después de la fe y recuerda, el camino a la salvación es simplemente creer en Jesucristo. Sin fe es imposible ser salvo y agradar a Dios porque sin fe no hay unión con Cristo.
Y la unión con Cristo es indispensable para nuestra salvación.
Si yo llego ante el Trono de Dios con mis oraciones, nunca serán contestadas a menos que lleve a Cristo conmigo.
Un argumento más: “Sin fe es imposible perseverar en la santidad.
¡Qué multitud de cristianos de conveniencia tenemos hoy en día! Muchos cristianos se parecen a algunos habitantes del mar, que en buen clima navegan en la superficie del mar en un espléndido escuadrón, como los poderosos barcos. Pero en el mismo instante en que el viento forma olas, bajan las velas y se hunden en las profundidades.
¿Tienes fe? ¿Crees en el Señor Jesucristo con todo tu corazón?
Voy a someterte a tres pruebas, por cierto muy breves:
Quien tiene fe ha renunciado a su justicia propia. Si pones un átomo de confianza en ti mismo no tienes ninguna fe. Si pones una partícula de confianza en cualquier otra cosa que no sea la obra de Cristo, no tienes fe.
Si confías en tus obras, estas obras son anticristo y Cristo y el anticristo no pueden estar juntos. Para Cristo es todo o nada. Él debe ser el Salvador suficiente o no lo será en lo absoluto.
Oh, si no amas a Cristo, no crees en Él. Pues creer en Cristo engendra amor. Y aún más: aquél que tiene fe verdadera tendrá sumisión verdadera.
Si un hombre dice tener fe y no tiene obras, miente. Si alguien declara que cree en Cristo y no vive una vida santa, miente.
Pues aunque no confiamos en las buenas obras, sabemos que la fe siempre engendra buenas obras. La fe engendra la santidad. Y no se tiene al que engendra si no se ama al hijo. Las bendiciones de Dios son dadas con ambas manos, son dobles. Con una mano Él otorga el perdón. Con la otra mano siempre da la santidad. Y ningún hombre puede tener una bendición sin la otra.
Y ahora, mis queridos hermanos, ¿me debo poner de rodillas e implorarles en el nombre de Cristo que conteste cada quien esta pregunta en el silencio de su habitación: ¿Tienes fe? Oh, responde: ¿sí o no? Por favor, no digas “no sé” o “no me importa.”
Ah, te va importar un día, cuando la tierra tiemble y el mundo se sacuda de un lado a otro. Te importará cuando Dios te llame a juicio y condene a los incrédulos y a los impíos.
¡Se Debe Ir Hacia Cristo De Rodillas!
Que Dios te bendiga.

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sábado, 5 de enero de 2008

"Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria"

Símbolo Del Madero De La Cruz: ¿Maldición? ¿Idolatría?
El objeto material en sí no merece culto alguno. Empero, representando la muerte de Jesús en la cruz,
» Es símbolo de maldición.
Deuteronomio 21:22,23 Si alguno hubiere cometido algún crimen digno de muerte, y lo hiciereis morir, y lo colgareis en un madero, no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.
» Es símbolo de la obra de Salvación de Cristo que murió por nuestros pecados.
Gálatas 3:13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)
¿Mas, qué es un símbolo?
Es una imagen cierta de una realidad suprasensible, por eso, inmaterial, intangible e incorpórea, que por naturaleza tiene cierta aptitud para ilustrarla y es inmediatamente comprensible dentro de una determinada comunidad (v.gr., el cetro como símbolo de soberanía). Cuando falta la comprensibilidad inmediata y la interpretación depende de complicados procesos de pensamiento, se trata más bien de una alegoría, ficticia e imaginaria que se opone a la fe.
La base de la simbolización es, de parte del hombre, la necesidad de ilustrar de alguna manera lo espiritual que, conforme a su carácter peculiar, sólo es concebible en el hombre de fe. Y la fe no requiere de símbolo alguno.
Hebreos 11:1 declara que “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”.
No cabe ninguna alegoría o representación figurada para conocer la certeza de lo espiritual.
Pablo enseña en: 1 Corintios 2:1-16
“Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria. Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.”
En tal virtud, acomodemos lo espiritual a lo espiritual, desechemos aquellas cruces de palo que adornan las iglesias evangélicas, recordando la muerte y resurrección de nuestro Salvador Cristo Jesús. Y llevemos la cruz de Cristo como Jesús nos enseña en Mateo 16:24
“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”.
La cruz de Jesús es una experiencia propia en el cristiano. Pablo dice: Gálatas 6:14 “Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo”. Esa es la gloria que se tiene que mostrar en la Iglesia, que cada uno de nosotros crucifiquemos las cosas del mundo para servir a nuestro Dios.
Sea también nuestro el testimonio dicho en Gálatas 2:20 : “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. Así sea, Amén.
Si la cruz la tomamos como una experiencia de vida estamos andando en fe. Pero, si la exhibimos como icono, emblema, símbolo o distintivo estamos haciendo idolatría, y no agradamos a Dios. Como se enseña en Hebreos 11:6 “...sin fe es imposible agradar a Dios;”
Hagamos la cruz nuestra experiencia de vida con Cristo Jesús, y no la llevemos como amuleto, o adornemos nuestra iglesia con el emblema, que eso no agrada a Dios. Amén.

jueves, 3 de enero de 2008

“Yo Os Ruego, Que Os Abstengáis De Los Deseos Carnales Que Batallan Contra El Alma, Manteniendo Buena Vuestra Manera De Vivir" 1 Pedro 2:10-12

Los débiles en la fe
Romanos 14
Pablo explica la esencia verdadera de la fe manejando con gran destreza ilustraciones que enseñan sistemáticamente, que no se contienda con el hermano por costumbres o creencias, y menos, se menosprecie o se juzgue al otro. De esta manera inicia la tesis del obrar del hombre en el camino de su fe, sea ella, fuerte o débil.
Contra ella opone la antítesis de la autoridad del hombre para conocer por sus propios medios qué fe posee y cuál es la del otro que examina, ¿Tú quien eres, que juzgas al criado ajeno? Es un reproche a la autoridad del hombre.
La síntesis está claramente dicha: Que es el obrar del Señor por su Poder Soberano que le hace estar firme en la fe a cada persona. Cada uno esté plenamente convencido en su mente de la fe que Dios le entrega. Es la síntesis divina que se recibe de Dios que modela la fe del cristiano.
Pablo enseña encauzar el esquema racional del debate desde su inicio hacia la comunión con Dios; esa es la condición esencial a la cual desemboca todo razonamiento humano, la reflexión, la auténtica vía interior de comunión del hombre y Dios. El único camino del cristiano la síntesis que hace de sí, como hombre culpable y condenado, y su convicción de Dios que justifica y salva al hombre pecador. Ese grado de comunión es el que culmina en la fe inexpresable que le lleva a la obediencia plena de la autoridad de Dios en su vida plena.
Romanos 14:1,2 Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres.
Cuando Pablo dice: “recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones”, hace notar que el concepto que cada cual pueda tener sobre la verdad de sus razonamientos no sea discutido en la Iglesia. Estos juicios propios, no siempre son ciertos cuando el entendimiento no alcanza a comprenderlos; por eso Pablo los asocia a la fortaleza de fe y dice de manera alegórica que uno cree que se ha de comer de todo; otro, el que es débil, come legumbres.
“Haced todo para la gloria de Dios”:
Dice Pablo en 1 Corintios 10:23-33: “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica. Ninguno busque su propio bien, sino el del otro. De todo lo que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia; porque del Señor es la tierra y su plenitud. Si algún incrédulo os invita, y queréis ir, de todo lo que se os ponga delante comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia. Mas si alguien os dijere: Esto fue sacrificado a los ídolos; no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por motivos de conciencia; porque del Señor es la tierra y su plenitud. La conciencia, digo, no la tuya, sino la del otro. Pues ¿por qué se ha de juzgar mi libertad por la conciencia de otro? Y si yo con agradecimiento participo, ¿por qué he de ser censurado por aquello de que doy gracias? Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios; como también yo en todas las cosas agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.
Gran lección que enseña Pablo, la libertad utilizada reflexivamente por el cristiano maduro; pero, sabiendo diferenciarla: “Qué Es Lo Que Corresponde Hacer Y Qué Es Estímulo En Su Camino De Fe”.
La libertad en el cristiano tiene límites: (1) No hacer cosas que no convienen, o que no edifiquen; (2) no buscar el propio bien, sino el del otro, y (3) no tener restricciones por motivos de conciencia.
Más bien, el hacer todo, con acción de gracias, para dar Gloria al Señor, porque de Él procede la libertad que se disfruta.
Hacer uso de libertad plena en armonía con la voluntad de Dios es honrar a Dios; y al mismo tiempo, demostrar buen testimonio de la fe que no está circunscrita al ejercicio de una moralidad o reglas religiosas; sino, es fruto de madurez en la vida del cristiano. La dependencia total de Dios, hace posible la libertad del hombre.
En este sentido, el hombre depende completamente de Dios. Mas al mismo tiempo, Dios omnipotente deja independientes y libres a los hombres de fe que saben usar de esa libertad.
El Omnipotente ha creado seres libres, y en su voluntad permisible admite el uso libre de ese atributo. Empero, es el hombre el que debe decidir cómo usar la libertad, y Pablo instruye que siendo todo lícito, se debe orientar la libertad hacia el crecimiento de su vida espiritual de tal modo de agradar a Dios con su acción. Dicho de otro modo, la independencia y libertad debe ser gobernada por el hombre con Temor y Temblor para ser llamado maduro en la fe.
Cuando Pablo dice en: Filipenses 2:12,13 ´...ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
Nos enseña con toda claridad que nuestro querer y hacer es fruto de Dios. Hay una determinación inconcusa sobre la voluntad de Dios que gobierna la disposición del hombre de fe. No sucede así con el hombre que no conoce al Omnipotente, al cual Pablo llama hombre carnal.
Al hombre espiritual le instruye: “Se Ocupe De Su Salvación Con Temor Y Temblor”.
¿Quién es hombre carnal? y ¿Quién espiritual?
Nos responde: Gálatas 5:16-25 Las Obras De La Carne Y El Fruto Del Espíritu:
“Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu”.
¿No es claro Pablo cuando dice?
» Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. El deseo del espíritu es hacer la voluntad de Dios y no usar el libre albedrío de manera discrecional o facultativa.
» Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. Esta lección está particularmente dirigida a aquellas confesiones religiosas que buscan guardar la ley antes de vivir en el espíritu de Cristo Jesús y su ley del amor.
» Las leyes del Antiguo Testamento fueron sólo el ayo para los hebreos de esa época. Gálatas 3:24-26 “De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;”
» Tenga en cuenta la sentencia de Dios: Romanos 2:12 Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; Gálatas 2:21” No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.” Gálatas 5:4 “De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído”.
El Predestino De Dios En El Obrar Del Hombre Espiritual.
Romanos 14:6-8 El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios, Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos.
El que respeta la soberanía de Dios y su fe se funda en la obediencia, subordina el uso de su libre albedrío a la volunta divina. Eso significa: Mantener siempre una relación íntima con Dios a través de la oración; escudriñar La Palabra De Dios, por la lectura de La Biblia. De este modo, en comunión íntima con Dios escuchará la voluntad de Dios para gobernar su vida diaria. Tenga en cuenta que: Romanos 10:17... la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Pablo cuando habla sobre la fe se refiere a la “fe en Cristo Jesús” como Salvador Romanos 1:17”Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá”. Romanos 5:1, 2, 10,11 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.
Viva Usted Por Fe Para Agradar A Dios Y Ser Declaro Justo. Amén.

miércoles, 2 de enero de 2008

¡Entierre Su Pasado, No Viva Más Del Ayer Y Prepárese A Caminar En Un Nuevo Año, Sin Estar Lamentando Lo Sucedido!





DIEZ PASOS PARA UN NUEVO AÑO

Por: Pastor Félix Zavala Agapito

¡Ha comenzado un nuevo año! Un reto grande pero también: ¡Un regalo de bendiciones de Dios!
Quizás Nos Preguntemos ¿Cómo puedo vivir de tal manera que al terminar este año pueda tener grandes alegrías y satisfacciones?

He aquí 10 pasos que se necesitan dar:

Son los mismos que Dios le pidió a Josué para poseer la tierra prometida.

Mas, un nuevo año es una tierra prometida. De eso tiene Usted que estar seguro.

1.- Escuche a Dios. 1:1.
Aconteció después de la muerte de Moisés..., que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo

2.-
Entierre el pasado. 1:2.
Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.

Moisés, representó para Josué el pasado. Entierre su pasado, no viva más del ayer y prepárese a caminar en un nuevo año, sin estar lamentando lo acaecido.

3.-
Levántese Usted y comience a andar. 1:3
Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie.

No se quede Usted postrado donde está.
Lo que pise la planta de vuestro pie, se le dará; pero para eso hay que comenzar a andar.

4.-
Conozca el cuadro completo. 1:4

Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio.

No se quede Usted, mirando un pedacito de su vida.
Mire todo lo que Dios ha hecho en Usted y contemple el cuadro completo de su vida.

5.-
Experimente la Presencia de Dios. 1:5

Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.

Recuerde, lo más importante en su vida, es la presencia de Dios, disfrútela, gócela y viva en esa presencia.

6.-
Confíe en la Promesa. 1:6
Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.

Dios le ha dado y le dará promesas; afírmese en ellas, porque las promesas de Dios son reales y se cumplen

7.-
Practique la cualidad de ver directo hacía adelante. 1:7
Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.

Recuerde: mirar siempre hacía adelante y no se vaya Usted, ni a la izquierda ni a la derecha.

8.-
Juegue Usted de acuerdo a las reglas. 1:8
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.

Las reglas de juego están establecidas en La Palabra de Dios. Viva Usted en esos principios.

9-
Muévase en fe y no en temor. 1:9
Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.

Habrá cosas que le hará temblar a Usted, pero no tema, Viva Por Fe.

10:-
Tome una posición sobre las órdenes de Dios. 1:10-11
Y Josué mandó a los oficiales del pueblo, diciendo: Pasad por en medio del campamento y mandad al pueblo, diciendo: Preparaos comida, porque dentro de tres días pasaréis el Jordán para entrar a poseer la tierra que Jehová vuestro Dios os da en posesión.

Mantenga Usted una posición firme en amar y obedecer a Dios. Y entonces tendrá Usted: UN AÑO FELIZ.

Miércoles, 2 de enero de 2008

martes, 1 de enero de 2008

Razones Pa' Vivir - Jesus Adrian Romero - JosueUnoNueve.com

Josué 1:9 "Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas".
Romanos 8:14 "Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios".
Gálatas 6:7 "No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará".
¡LA LLAVE DEL ÉXITO ESTÁ EN JESúS¡
ENTRÉGALE TU VIDA A ÉL.
TODOS LOS DÍAS DE ESTE AÑO NUEVO SERÁN DE MUCHA BENDICIÓN PARA TÍ Y PARA TODOS LOS TUYOS HASTA MIL GENERACIONES.Deuteronomio 7:9
Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones;
DIOS TE BENDIGA

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