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martes, 2 de octubre de 2018

¡El Progreso! ¡De La Vida! ¡Del Ser Humano ¡ ¡Como Imagen de Dios!

¡El Progreso!
¡De La Vida!
¡Del Ser Humano ¡
¡Como Imagen de Dios!

Entonces Dijo Dios:
Hagamos Al Hombre
A Nuestra Imagen,
Conforme A Nuestra Semejanza;
Y Señoree En Los Peces Del Mar,
En Las Aves De Los Cielos,
En Las Bestias,
En Toda La Tierra,
Y En Todo Animal
Que Se Arrastra Sobre La Tierra.  Génesis 1:26

El Orden Divino de Creación del Hombre hizo que él sea superior a su especie.
Lo que no ocurre con los otros seres vivientes sobre los cuales el hombre se enseñorea.
Esta preeminencia individual fue característica de su libertad; su capacidad de elegirse a sí mismo frente a las ilimitadas posibilidades que se le presentan.
Pero, tras él anduvo el tentador Satanás que con su argucia  acabó con la inocencia del hombre en su treta de codicia, el ser igual a Dios sabiendo elegir el bien del mal.
Dios le había prohibido el comer del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal por cuanto su inocencia caería en él y moriría a la vida de inocencia.
La desobediencia de esta ley hizo que conociera el pecado y empezara su angustia, el aturdimiento de su libertad. El miedo a la muerte. La enfermedad en su sentido de equilibrio. El paso de la inocencia, o ignorancia de sí, al pecado, o conciencia de sí. La ruptura de la comunión con Su Creador.
La evolución de Su vida ahora será impulsada por aquella angustia de muerte en salto cualitativo de una ética que se formulará para no caer en falta.
Una moral laica del libre pensador como imperativo categórico de vida recta. Un mandamiento autónomo y autosuficiente, capaz de regir el comportamiento en todas sus manifestaciones.
Hasta hoy resulta ser esta ley humana de ética improductiva y hecha al capricho y libertad o libertinaje  de cada individuo. Para unos lo que es bueno para otros es malo.
¿No ocurre esto por ejemplo con la imposición de la doctrina de género?
Este libre albedrío permite gozar del mundo sin comprometerse en nada. Aquí el hombre elige, “o esto o aquello” y de este modo pretende alcanzar lo sublime mediante su razón como ley universal  de factura propia.
Pero, su razón es insuficiente para gobernar sus pasiones y le llega la enfermedad de la angustia por la cual sufre su fracaso y desfallece en su muerte. No puede cumplir sus principios morales.
Es el momento de un nuevo salto cualitativo al descubrir en su interioridad oculto que se le revela en su secreta e intransferible relación con Dios. La Fe En Jesucristo como modelo de vida de santidad.
La actitud de Un Dios que le abre el Camino, la Verdad y la Vida Eterna.

Jesús Dijo:
Yo Soy
El Camino,
Y La Verdad,
Y La Vida;
Nadie Viene Al Padre,
Sino Por Mí.   Juan 14:6

Si antes la angustia surgía ante la nada ahora la persona busca La Salvación imitando la trayectoria de Jesucristo.

El nuevo camino es de bendición para su espíritu que lo transita de la mano de Jesús. ¡Amén!  

Colofón:

Desde Un Punto de Vista Enteramente cristiano
El Hombre como Ser Individual
Se Sitúa En Una de Las Escalas
De Nivel En Cuya Cúspide Se Halla
El Estado de Plenitud En La Fe
En Jesucristo.

Invitación:
Haced Suyo El Salto Cualitativo a La Fe de Jesucristo como modelo de vida en santidad.

¡Dios Bendiga Su Santa Palabra!

Martes, 02 de Octubre de 2018




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