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lunes, 31 de marzo de 2008

Si Crees De Corazón Que Jesucristo Es El Hijo De Dios Bautízate

EL BAUTISMO
Es Testimonio De:
» ¡Cambio De Condición De Muerte Por Causa Del Pecado A Vida Nueva En Cristo Jesús!
Romanos 6:3-5
¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección.
Es Testimonio De:
» ¡Ser Nueva Persona En Cristo Jesús!
2 Corintios 5:17
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
» ¡Es Cumplir Con La Última Ordenanza Que Jesús Nos Dejó!:
Mateo 28:19
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
» ¡Es Seguir El Modelo De La Iglesia Primitiva!
Hechos 8:12
Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres.
Hechos 9:18
Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado.
Hechos 10:48
Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días.
» ¡Es Testimonio Libre Si Se Cree De Corazón Que Jesucristo Es El Hijo De Dios!
Hechos 8:35-39
Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús. Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.
Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó. Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino.
El Bautismo De Jesús:
» ¡Nos Enseña La Obediencia!
Mateo 3:13-17
Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él. Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó. Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.
El Bautismo De Jesús:
» ¡Representó Testimonio Público Para Demostrar Quien Era JESÚS, Y Es Testimonio Manifiesto En Nuestros Tiempos De Su Evangelio!
Juan 1:29-34
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo. Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua. También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.

Jesús Ejemplo A Seguir:
¡Aún Siendo Dios, Se Sometió Al Padre, Permitiendo Ser Bautizado Por Juan, Quién Preparó El Camino Para El Inicio De Su Ministerio!
» El Bautismo Es Un Mandamiento Santo:
¡Hay Gozo Y Entusiasmo En El Cristiano Que Cumple Con Este Mandamiento Bendito, Hecho No Como Una Imposición O Regla Religiosa, Sino En Obediencia A Cristo Jesús Que Nos Amó Y Nos Justificó Y Como Agradecimiento Eterno Y De Amor A Él Que Entregó Su Sangre Redentora Para Que Seamos Hechos Hijos De Dios!
INVITACIÓN:
¡SI AÚN NO HAS CUMPLIDO CON ESTE MANDAMIENTO SE TE INVITA A QUE LO HAGAS PRONTO EN LA IGLESIA DONDE TE CONGREGAS!

jueves, 20 de marzo de 2008

El Bautismo Perfección De Fe En Dios:

Hebreos 6:1-8
Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite. Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio. Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios; pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada.
El bautismo significa: Excelencia, madurez de fe en Cristo Jesús, y convicción de ser hijos de Dios.
Bautizados en Cristo: protegidos en Él. Simboliza: Plena certeza de Salvación.
Gálatas 3:24-29
De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.
En Marcos 16:16 Jesús dice: El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.
El bautismo es: Sello de fe en Cristo Jesús, excelencia y confianza en Él, camino de vida en Cristo, y sacrificio de beber la copa de angustia del sufrimiento.
Mateo 26:38-39
Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.
Mateo 20:23
Jesús les dijo: “A la verdad, de mi vaso beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados;”
El bautismo en Espíritu Santo y fuego es de Cristo Jesús. Testimonio de Juan El Bautista:
Juan 1:29; Juan 1:32-34
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.
Mateo 3:11
Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.
El bautismo de Cristo abre el camino de santidad, y de justicia de Salvación
Juan 3:5
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
El Bautismo De Cristo Promesa De Relación Personal Con El Espíritu De Dios:
Hechos 1:5.
Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.
Bautismo en Cristo Esperanza Viva de Santidad y Seguridad de Salvación:
1Pedro 1:3-5, 9,13-16, 18,19
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.
El Bautismo De Cristo Aspiración De Una Buena Conciencia Hacia Dios:
1 Pedro 3:21
El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo,
El bautismo en Cristo testimonio de morir a la carne y al pecado para renacer a una vida de resurrección con Cristo.
Colosenses 2:12,13
Sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados.
El bautismo es respuesta de obediencia y humildad y confesión de que Cristo Jesús es Mi Señor, para la gloria de Dios Padre.
Mateo 3:16-17 “Este es mi Hijo Amado, en quien tengo complacencia”
¡Humillación y exaltación de Cristo!:
Filipenses 2:8-11
Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
¿Quieres ser discípulo de Cristo Jesús?.............., ¿Quieres andar en Vida Nueva con Cristo?........, “¡Bautízate!”
Mateo 28:18-20
Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Romanos 6:3-4
¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
¡Que Dios te bendiga!

lunes, 17 de marzo de 2008

El Futuro Que Dios Ha Previsto Para Sus Hijos

¡Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios! Juan 1:12


TIEMPOS FINALES: LA GRAN TRIBULACIÓN (1ra. Parte)


Autor: Julio Cesar Oquendo Montaner (*)


Todos conocemos que el plan de Dios es claro y seguro. ¿Acaso la creencia en el arrebatamiento debe llevar a los cristianos al pesimismo y a la tristeza? ¡Claro que no! Hemos de tener certeza plena acerca del futuro que Dios ha previsto para sus hijos, y estar expectantes acerca de la Venida del Señor Jesucristo a recoger a su iglesia en las nubes. Sin embargo, reconocemos también luego que tenga lugar el arrebatamiento, habrá un tiempo de intensa tribulación a nivel mundial...
Durante esos 7 años aparecerá el Anticristo, seguirá la persecución de los nuevos cristianos y del pueblo judío; y tendrá lugar la gran batalla de Armagedón y La Segunda Venida De Cristo.
El Nuevo Testamento enseña que la actual era de la iglesia incluye también pruebas y tribulaciones. Jesús dijo: "En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo" (Juan 16:33). El Apóstol Pablo advirtió: "Y también todos los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución" (2 Timoteo 3:12).
Sin embargo, la persecución de la iglesia por parte del mundo en esta era, no significa que ella sea la ira de Dios. En cambio, la futura tribulación será en un tiempo de la ira de Dios sobre un mundo que ha rechazado a Cristo, un tiempo del que la iglesia ha recibido la promesa de nuestro Señor que será librada
Apocalipsis 3:10;
1 Tesalonicenses 1:10; 5:9

¿QUÉ ES LA GRAN TRIBULACION?
Uno de los pasajes más importantes para entender este tema está en Daniel 9:24-27Aquí Daniel provee un marco claro y conciso para el estudio profético. Este es un pasaje crucial. Mediante este pasaje podemos saber que la tribulación será un periodo de siete años, dividido en dos etapas de 3 ½ cada uno. Por tanto las Setenta Semanas de Daniel son setenta semanas de años, la última semana de años (es decir la tribulación) ha de ser por ello un periodo de 7 años.
Daniel designa este futuro periodo como "tiempo de angustia". En Daniel 12:1 este tiempo es descrito no sólo como "tiempo de angustia", sino también como el tiempo en que Israel "será libertado".

El primer pasaje que trata acerca de la tribulación en el Nuevo Testamento está en Mateo 24:4-28.
En los versos 4-14, se refiere a la primera mitad de la gran tribulación y en los versos 15-28, describe la segunda mitad que conduce a la segunda venida. La tribulación será intensa y de gran alcance.
Las epístolas de Pablo a Tesalónica han sido designadas como el Apocalipsis de Pablo, por cuanto tratan de modo extenso acerca de temas proféticos.
Dos veces, en –1 Tesalonicenses 1:10 y en 5:9- se refiere Pablo a la tribulación al hacer referencia a un tiempo futuro de ira.
Cuando los verdaderos cristianos sean arrebatados por el Señor en las nubes (1 Tesalonicenses 4:16-17), la presencia manifiesta del Espíritu Santo, (aunque no del todo), será también quitada sobre este mundo. Esto lo podemos corroborar en 2 Tesalonicenses 2:6-8

El Espíritu Santo en los tiempos actuales se está manifestando con poder y gloria en las Iglesias. Esta presencia comenzó desde que en Pentecostés de una manera poderosa se derramó el Espíritu Santo bautizando a los 120 que estaban reunidos. Desde ese momento comenzó a morar en todos los que confiesan a Jesucristo como el Salvador y Señor de sus vidas. A partir de Pentecostés nació la Iglesia que hoy tenemos. De igual manera esta presencia será levantada pues los cristianos que somos morada del Espíritu Santo nos iremos al ser llamados por el Señor.
Una vez que la Iglesia se haya movido hacia el cielo, el ministerio de edificar el cuerpo de Cristo del Espíritu Santo cesará y volverá a ser el mismo que tenía en los tiempos del Antiguo Testamento. A partir de ese momento se dará riendas sueltas a la iniquidad y comenzará la rebelión universal satánica.

En relación con los incrédulos, el Espíritu Santo proseguirá obrando induciendo la convicción de pecado y obrando en el proceso de la salvación. Muchas vidas llegarán a ser cristianas durante la tribulación y es el Espíritu Santo el que los convencerá de pecado. (Romanos 11:25,26; Apocalipsis 7:9-17).
Al comenzar la Gran Tribulación Dios sellará a 144,000 testigos judíos que testificarán de Jesucristo en la Gran Tribulación.

IX. Nuestra fructificación glorifica al Padre (Juan 15:8 “En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos”).
A. Si deseamos agradar a Dios, debemos llevar mucho fruto.
Cuanto más fruto llevemos, tanto más abundaremos en toda cosa buena y tanto mayor será la gloria que demos a nuestro Padre Celestial
B. La verdadera prueba de obediencia se refleja en llevar mucho fruto.
C. La prueba del verdadero discipulado:
1. Mucho fruto.
2. Obediencia a la visión.

Conclusión: En los versículos 3 al 8 del capítulo 15 del Evangelio de Juan, hemos aprendido que para producir fruto, es necesario permanecer en Cristo. Además, la Palabra es la amonestación que Dios utiliza para limpiarnos a fin de llevar más fruto.
La oración contestada es una de las bendiciones del que permanece en Cristo y le obedece. Así también hay consecuencias terribles para el que se aparta de la visión (Jesucristo) como por ejemplo, dejar de dar fruto, secarse espiritualmente y apartarse del camino del Señor.Dios el Padre es glorificado cuando llevamos mucho fruto y la prueba inequívoca del verdadero discipulado es llevar mucho fruto y estar en obediencia a la visión.

LA GRAN TRIBULACIÓN Fin de la primera parte

Visita nuestra página Web: http://www.ilbn.org/
(*) Pastor de la Iglesia Las Buenas Nuevas en la ciudad de Ginebra Suiza.

sábado, 15 de marzo de 2008

El Origen Del Universo

Salmo 92:5-6 “¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová! Muy profundos son tus pensamientos. El hombre necio no sabe, y el insensato no entiende esto.”
Los científicos intentan explicar el origen del Universo con diversas teorías. Las más difundidas son la del Big Bang y la teoría Inflacionaria, que se complementan.
La teoría del Big Bang o gran explosión, supone que, hace entre 12.000 y 15.000 millones de años, toda la materia del Universo estaba concentrada en una zona extraordinariamente pequeña del espacio, y explotó. La materia salió impulsada con gran energía en todas direcciones. Los choques y un cierto desorden hicieron que la materia se agrupara y se concentrase más en algunos lugares del espacio, y se formaron las primeras estrellas y las primeras galaxias.
La teoría inflacionaria de Alan Guth, basa su estudios sobre campos gravitatorios fortísimos, como los que hay cerca de un agujero negro. El Agujero Negro es un cuerpo con un campo gravitatorio extraordinariamente grande. No puede escapar ninguna radiación electromagnética ni luminosa, por eso es negro. Está rodeado de una "frontera" esférica que permite que la luz entre pero no salga.
Como en el Big Bang, en los agujeros negros se da una “singularidad”, es decir, las leyes físicas y la capacidad de predicción fallan.
Una suposición es sólo conjetura y no hay certeza en ella. Por eso, estas teorías no tienen una explicación para el momento cero del origen del Universo, llamado "singularidad"; que viene a ser un acontecimiento absolutamente único, que en efecto, debe explicar el origen del Universo. De manera que la evidencia científica de un universo en expansión apunta a un universo con un principio, y ese origen la ciencia no lo puede explicar.
Para Aristóteles el universo era eterno, sin principio ni fin. En nuestros propios días, el astrónomo Fred Hoyle se ha pronunciado en términos semejantes para tratar de evitar lo que él denomina “condiciones iniciales arbitrarias”.
En todos los tiempos habrá hombres que no quieran ni ver, ni oír, ni entender, que la ciencia nunca podrá explicar el origen del Universo, y ensayan teorías.
Cualquier teoría física es siempre provisional, en el sentido que es sólo una hipótesis; nunca puede ser probada. No importa cuántas veces los resultados de los experimentos concuerden con alguna teoría, nunca se puede estar seguro de que la próxima vez el resultado no la contradirá.
Borges, un ateo confeso declaró no haber encontrado una base racional inteligible al universo, y fue para él lógico deducir la incapacidad de explicarse mentalmente el mecanismo del universo, por que la mente carece de fundamento para develar la autenticidad de la realidad en la cual se está inmersa.
La incapacidad declarada por teóricos de la ciencia y del pensamiento filosófico, demuestran que el momento cero del origen del Universo es Dios. En el primer libro de Moisés El Génesis sobre la creación se dice:
“En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. Génesis 1:1.
El Apóstol Pablo aún nos exhorta en estos tiempos contra esas fantasías de la ciencia que quiere descubrir por sí misma cual es el origen del Universo, y nos dice: “que El Dios vivo, hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay”. Hechos 14:15.
La soberanía de Dios está presente en toda su creación:
“Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos”. Salmos 19:1
“Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras. Estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien”. Salmos 139:14.
“Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza, y su grandeza es inescrutable. Te alaben, oh Jehová, todas tus obras, y tus santos te bendigan. La gloria de tu reino digan, y hablen de tu poder, para hacer saber a los hijos de los hombres sus poderosos hechos, y la gloria de la magnificencia de su reino. Tu reino es reino de todos los siglos, y tu señorío en todas las generaciones”. Salmos 145:3,10-13
Estas verdades son eternas. Por eso:
¡Cuánto desdén ha derramado Dios sobre la sabiduría de este mundo! Cómo la ha reducido a nada, haciendo que se muestre sin valor. Le ha permitido que elabore sus propias conclusiones, y que demuestre su propia insensatez.
Los hombres se jactaban de ser sabios; decían que podían descubrir a Dios a la perfección; y para que su necedad pudiera ser refutada de una vez por todas, Dios les dio la oportunidad de hacerlo así. Él dijo: “Sabiduría mundana, te voy a probar. Tú afirmas que eres poderosa, que tu intelecto es vasto y completo, que tu ojo es penetrante, que puedes descifrar todos los secretos; ahora, mira, Yo te pruebo: te presento un gran problema para que lo resuelvas. Aquí está el universo; las estrellas conforman su bóveda, los campos y las flores lo adornan, y las corrientes recorren su superficie; mi nombre está escrito allí; las cosas invisibles de Dios se hacen claramente visibles, siendo entendidas por medio de las cosas hechas.
Filosofía, te pongo este dilema: encuéntrame. Aquí están mis obras: encuéntrame. Descubre en el maravilloso mundo que he creado, la manera de adorarme aceptablemente. Te doy el espacio suficiente para que lo hagas: hay datos suficientes. Contempla las nubes, la tierra, y las estrellas. Te doy tiempo suficiente; te daré cuatro mil años, y no interferiré; tú harás como quieras en tu propio mundo. Te daré hombres en abundancia, pues haré grandes y vastas mentes, a quienes llamarás señores de la tierra; tendrás oradores, y tendrás filósofos.
Encuéntrame, oh razón, encuéntrame, oh sabiduría; descubre Mi naturaleza, si puedes: encuéntrame a la perfección, si eres capaz; y si no lo eres, entonces cierra tu boca para siempre, y Yo te voy a enseñar que la sabiduría de Dios es más sabia que la sabiduría del hombre; sí, que la locura de Dios es más sabia que los hombres.”
Y ¿cómo resolvió el problema la razón del hombre? ¿Cómo cumplió su proeza? Mira a las naciones paganas; allí verás el resultado de las investigaciones de la sabiduría.
En el tiempo de Jesucristo, podrías haber visto la tierra cubierta con el fango de la corrupción: una Sodoma a gran escala, corrupta, inmunda, depravada, entregándose a vicios que no nos atrevemos a mencionar, gozándose en lascivias demasiado abominables para que nuestra imaginación se pose en ellas, aunque sea por un instante. Encontramos a los hombres postrándose ante bloques de madera y de piedra, adorando a diez mil dioses más viciosos que ellos mismos.
Encontramos, de hecho, que la razón escribió su propia depravación con un dedo cubierto de sangre e inmundicia, y que ella se privó a sí misma de toda su gloria por las viles obras que llevó a cabo.
No quiso inclinarse ante Dios, que es “claramente visible,” sino que adoró a cualquier criatura; el reptil que se arrastra, el cocodrilo, la víbora, cualquier cosa podía ser un dios, pero ciertamente no el Dios del Cielo.
El vicio podía ser convertido en una ceremonia, y el mayor crimen podía ser exaltado a una religión; pero de la verdadera adoración no conocían nada. ¡Pobre razón! ¡Pobre sabiduría! ¡Cómo caíste del cielo! Como Lucero, hijo de la mañana, estás perdida.
Tú has escrito tu conclusión, pero es una conclusión de consumada insensatez.
“Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó salvar a los creyentes por la locura de la predicación.”
La sabiduría había tenido su tiempo, y tiempo suficiente; había hecho todo lo que podía, y eso fue muy poco; había hecho al mundo peor de lo que era antes que lo pisara, y ahora Dios dice:
“La locura vencerá a la sabiduría; ahora la ignorancia, como la llaman ustedes, va a barrer con su ciencia; ahora la fe humilde, como la de un niño, va a convertir en polvo todos los sistemas colosales que sus manos han apilado.”
Él llama a su ejército. Cristo se lleva la trompeta a Su boca, y vienen todos los guerreros, vestidos con ropas de pescadores, con el acento típico de las orillas del lago de Galilea: unos pobres marineros humildes. ¡Aquí están los guerreros, oh sabiduría, que te van confundir! ¡Estos son los héroes que vencerán a tus orgullosos filósofos! Estos hombres van a plantar su estandarte sobre las murallas en ruinas de tus fortalezas, y les ordenarán que se derrumben para siempre; estos hombres, y sus sucesores, van a exaltar un Evangelio en el mundo del cual se podrán reír ustedes como de algo absurdo, que podrán despreciar como una locura, pero que será exaltado sobre los montes, y será glorioso hasta los más altos cielos.
Desde ese día, Dios ha levantado siempre sucesores de los apóstoles.
Los cristianos que somos sucesores de los apóstoles, no por descendencia de linaje, sino porque cumplimos el mismo papel y gozo del privilegio de cualquier apóstol, y somos tan llamados a predicar el Evangelio como el propio Pablo: si no tan bendecidos en la conversión de pecadores, en alguna medida hemos sido bendecidos por Dios; y por tanto, aquí estamos, loco como lo pudiera ser Pablo, necio como Pedro, o cualquiera de esos pescadores, pero, sin embargo, con el poder de Dios sostenemos la espada de la verdad: habiendo venido aquí para “predicar a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.”
¡Que Dios los bendiga!

jueves, 13 de marzo de 2008

“He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero”. Hechos 13:22

¿¿¿Quien será como...
El dulce cantor de Israel???...Así se le llamaba a David en el Antiguo Testamento, porque era un hombre conforme al corazón de Dios.¡Me encanta lo que dice David!:" Habrá un justo que gobierne entre los hombres, que gobierne en el temor de Dios.Será como la luz matinal, como el resplandor del sol en una mañana sin nubes; como la lluvia que hace brotar la hierba de la tierra"Que impacto puede tener alguien que en verdad quiera ser así, así como David lo describe.¿Quieres ser tù?... ¡o tù!... pues a mi me encantaría.

“Bueno--- Les Escribo Algo Que Escribí En Mi Hi5, Me Gusto Mucho Y Quiero Compartirlo Con Ustedes”:

Les saluda: Ivonne Alama Ventocilla

martes, 4 de marzo de 2008

Dios Es Espíritu; y Los Que Le Adoran, En Espíritu y En Verdad Es Necesario Que Adoren



¡CRISTO EN NOSOTROS
ESPERANZA DE GLORIA!

A quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, Colosenses 1:27

"Cristo En Nosotros" Es:
I. ¡Nuestra justicia y fortaleza!
Cristo es el firme fundamento sobre el cual esperamos la gloria.
“Para que habite Cristo por la fe en nuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seamos plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seamos llenos de toda la plenitud de Dios”, (Efesios 3:17-19)
Cuando el Espíritu Santo llega al corazón de un pecador arrepentido, la excelencia de Cristo en su vida se hace evidente; su corazón desea íntimamente a Cristo y acude a Él en busca de Salvación.
Desde entonces todo nuevo descubrimiento que hace del amor de Cristo renueva la plenitud de Dios en su vida. Y cada oprobio que su alma le infiera, cada tentación, cada caída en el pecado, cada aflicción le lleva a tomarse de la mano del Señor en oración.
De este modo, por una fe constante y permanente (el justo vivirá -de modo continuo- por la fe), puede decirse que Cristo habita por la fe en su corazón.
Cristo, así asido por la fe, se constituye en la esperanza de su gloria.
Es esa fe viva, ese recibimiento íntimo de Cristo que nos da una serena, dulce y plena esperanza de gloria.
El cristiano que de verdad puede decir "Cristo es mío", puede también añadir " La gloria es mía". Porque no necesitamos nada ni nadie más que a Cristo para defendernos en el día del juicio. ¿Puedes decir tú sinceramente que Cristo es de ese modo tu esperanza de gloria?
Si no tienes así a Cristo, no tienes en modo alguno la esperanza de la gloria.

II. ¡El gobierno del Espíritu Santo en nosotros!
La certeza que: ¡El Espíritu Santo mora en nosotros!
(Gálatas 4:19)”,..., hasta que Cristo sea formado en vosotros”.
Cristo nos dice: " Permaneced en mí, y yo en vosotros. " (Juan 15:4). "Yo en ellos y tu en mí" (Juan, 17:23), “y yo en ellos" (v.26).
1. El Espíritu Santo nos posee:
(1 Corintios 2:16). “Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.
Por la mente, (el entendimiento y la conciencia) se comprende los pensamientos del hombre, sus capacidades intelectuales. Mas la mente de Cristo es superior, y ella mora en el cristiano; Dios se revela por medio de la fe en Cristo Jesús, y es el camino a la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por Él. (Juan 14:6.).
Dios nos ha dado el Espíritu Santo y Él guía nuestro andar desde que aceptamos a Cristo como Señor y Salvador. El que acepta a Cristo Jesús en su corazón, tiene la mente formada en El Señor, y piensa como Cristo.
Eso no significar, que se tenga toda la sabiduría divina, que sobrepasa toda razón humana sobre las cosas reales y posibles, las cuales, son sólo patrimonio del Señor; ni supone el mismo juicio infalible que Cristo tiene de todo lo creado; sino que, se ve todas las cosas con la luz de Cristo que ilumina nuestro entendimiento. Resplandor divino que abre nuestra mente al deleite de su gloria.
2 Corintios 4:6 Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo
De modo que se distingue el pecado como lo hace Cristo. El pecado es perverso y aflictivo; inmundo y abominable. Los planes que encaminan al pecado, son engañosos y de aparente ilusión.
Ser concientes, de su terrible peligro, y clamar a Dios en oración “... que no nos meta en tentación, mas nos libre del mal” ( Mateo 6:13)
Reconocer el terrible peligro de caer en pecado y cuán unido al pecado se halla el más intenso sufrimiento, infelicidad y desgracia del hombre.
Mas, la relación con Cristo nos protege de caer en pecado.
(1 Juan 3:9) “Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios”.
Cristo nos hace vivir el evangelio, como poder de Dios para salvación, (Romanos 1:16)
Descubrimos glorias maravillosas: Que somos elegidos hijos de Dios, antes de que el mundo fuera creado; Privilegio inconmensurable.
(Efesios 1:3-5) “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad”,
¿Cuál debe ser nuestra actitud frente al privilegio de ser hechos hijos de Dios por medio de Jesucristo?
Presentar nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios que es nuestro culto racional. (Romanos 12:1)
El culto racional significa:
Ser participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria nos gocemos con gran alegría, (1 Pedro 4: 13).
Someternos a la voluntad de Dios que es nuestra santificación. (1ª Tesalonicenses 4:3)
Vivir en la fe en Cristo Jesús, el cual nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros (Gálatas 2:20).
Siendo miembros de Cristo y templo del Espíritu Santo, nuestro sacrificio es vivo cuando nos ofrecemos para servir a su justicia.
(Romanos 6:19,22) “...así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia. Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna”.
El culto racional es verdadera adoración del cristiano en espíritu y en verdad; que agrada a Dios.
(Juan 4:24) “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren”.
Es el culto conciente, la renuncia viva a las veleidades de la carne, para agradar a Dios.
Es el culto espiritual ofrenda de nuestra manera de vivir para El Señor y no vana liturgia religiosa, o de adoctrinamiento dogmático. Dios no quiere que llevemos vidas religiosas, sino vidas santas que honren a Dios.
Es la obra divina que el mismo Dios de paz nos santifica por completo; y todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, son guardados irreprensibles para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Amén. (1 Tesalonicenses 5:23).
Que Dios los bendiga.

miércoles, 27 de febrero de 2008

Sin Fe No Hay Unión Con Cristo. Y La Unión Con Cristo Es Indispensable Para Nuestra Salvación. ¿Tienes Fe?


Sin Fe No Hay Unión Con Cristo. Y La Unión Con Cristo Es Indispensable Para Nuestra Salvación. ¿Tienes Fe?

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” Hebreos 11:6.

El fin principal del hombre es “agradar a Dios,” Si un hombre agrada a Dios, hace lo que más le conviene para su bienestar temporal y eterno. El hombre no puede agradar a Dios sin atraer hacia sí mucha felicidad, pues si alguien agrada a Dios, es porque Dios lo acepta como Su hijo.
Él le otorga las bendiciones de la adopción, derrama en él la abundancia de Su gracia, lo bendice en esta vida y le asegura una corona de vida eterna, que él usará y que brillará con un lustre inagotable, aún cuando todas las guirnaldas de la gloria terrenal se hayan deshecho.
Por el contrario, si un hombre no agrada a Dios, inevitablemente atrae hacia sí penas y sufrimiento en esta vida. Coloca gusanos y podredumbre en la puerta de todas sus alegrías. Llena su almohada mortuoria con espinas y aumenta el fuego eterno con carbones llameantes que lo van a consumir eternamente.
La única pregunta importante es ¿cómo puedo agradar a Dios? Y hay algo muy solemne en lo que dice nuestro texto: “Sin fe es imposible agradar a Dios.”
Es decir, puedes hacer lo que quieras, esforzarte tanto como puedas, vivir de la manera más excelente que quieras, presentar los sacrificios que escojas, distinguirte como puedas en todo aquello que es honorable y de buena reputación; sin embargo nada de esto puede ser agradable a Dios a menos que lleve el ingrediente de la fe.
Como dijo Dios a los judíos: “En toda ofrenda ofrecerás sal,” Levítico 2:13; así Él nos dice a nosotros: “Con todo lo que haces debes traer fe, pues de lo contrario, sin fe es imposible agradar a Dios.”
Caín y Abel, en un día muy soleado erigieron dos altares, uno junto al otro. Caín tomó de los frutos de los árboles y de la abundancia de la tierra y colocó todo sobre su altar. Abel trajo de los primogénitos del rebaño, poniéndolo sobre su altar. Se iba a decidir cuál de los dos sacrificios aceptaría Dios.
Caín había traído lo mejor que tenía pero lo trajo sin fe. Abel trajo su sacrificio, con fe en Cristo.
Ahora, ¿cuál sería mejor recibido? Las ofrendas eran iguales en valor; en lo relativo a la calidad, eran igualmente buenas.
¿En cuál de esos altares descendería el fuego del cielo? ¿Cuál consumiría el Señor Dios con el fuego de Su agrado? Oh, veo que la ofrenda de Abel arde y que el semblante de Caín se ha decaído, pues a Abel y su ofrenda Jehová miró con agrado, pero no miró con agrado a Caín ni a su ofrenda.
Así será siempre, hasta que el último hombre sea reunido en el cielo.
Nunca habrá una ofrenda aceptable que no esté sazonada con la fe. No importa qué tan buena sea, con la misma buena apariencia de aquella que tiene fe: sin embargo, a menos que la fe esté con ella. Dios nunca la aceptará pues Él declara: “Sin fe es imposible agradar a Dios.”
¿Qué es la fe?
El primer elemento de la fe es el conocimiento.
Un hombre no puede creer lo que no conoce. Ese es un axioma claro y evidente. Si yo nunca he escuchado nada acerca de algo en toda mi vida y no lo conozco, no puedo creerlo. Es inútil que un hombre afirme: “soy creyente” y sin embargo no sepa en qué cree.
El Apóstol dijo: “¿Cómo creerán a aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?” Romanos 10:14-15 . Para que haya una fe verdadera, es necesario que un hombre sepa algo de la Biblia. Debe existir un cierto grado de conocimiento antes de que pueda haber fe.
“Escudriñad las Escrituras,” pues, “porque a vosotros os parece que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de Cristo.” Juan 5:39. Como resultado de escudriñar y de leer viene el conocimiento, y por el conocimiento viene la fe y por la fe viene la salvación.
El segundo elemento de la fe es el asentimiento.
Esto es, debemos creer lo que conocemos y tener la certeza que es la verdad de Dios. Y con devoción y con todo mi corazón debo recibir todas las Escrituras como inspiradas por el Altísimo, conteniendo toda la doctrina que Él requiere que yo crea para mi salvación.
Considera la Trinidad. No puedes entender la Trinidad en Unidad pero cree en ella. Ve el Sacrificio de expiación. Hay algo difícil en ese concepto pero lo crees. Y sea lo que sea que esté contenido en la revelación, besa el libro con devoción y di: “Lo amo todo, doy mi pleno, sincero y libre asentimiento a cada una de sus palabras, así sea una amenaza o una promesa, un proverbio, un precepto, o una bendición.” Como todo es Palabra de Dios, todo es absolutamente verdadero. Eso es lo que creo. Todo aquel que quiera ser salvo debe conocer las Escrituras y debe darle su total asentimiento.
Pues lo principal de la fe radica en el tercer elemento, es decir, en la confianza en la Verdad. No en creerla simplemente pero en hacerla nuestra y en descansar en ella para salvación.
Comprenderás esta palabra, apoyándote en ella, diciendo: “Esta es la Verdad, a ella confío mi salvación.”
Ahora, la fe verdadera, en su esencia misma se basa en esto: en apoyarse en Cristo. No me salvará si solamente sé que Cristo es un Salvador.
Pero me salvará si confío en Él para que sea mi Salvador. No seré librado de la ira venidera creyendo que Su expiación es suficiente, pero sí seré salvo cuando haga de esta expiación mi confianza, mi refugio y mi todo. La esencia de la fe radica en esto: arrojarse uno sobre la promesa. El salvavidas que permanece a bordo de un barco no puede ser el instrumento de salvación del hombre que se está ahogando, ni tampoco, la convicción que el salvavidas es un excelente y un efectivo invento puede salvarlo. ¡No! Es necesario que lo tenga alrededor de sus hombros, o en sus manos. De otra manera se hundirá.
Entonces, pecador, debes saber que Cristo murió por el pecado. Debes comprender que Cristo puede salvar y además debes creer que no serás salvo mientras no confíes en que Él es tu Salvador y que lo es para siempre.
Esta es la fe que salva. Y sin importar qué tan impía haya sido tu vida hasta ahora, esta fe, si te es dada en este momento, borrará todos tus pecados, cambiará tu naturaleza y te hará un hombre nuevo en Cristo Jesús.
Te conducirá a vivir una vida santa y hará tu salvación eterna tan segura como si un ángel te llevara esta mañana en sus resplandecientes alas y te transportara de inmediato al cielo. ¿Tienes tú esa fe? Esta es una pregunta de suma importancia. Pues mientras que con fe los hombres son salvos, sin fe son condenados.
“Aquél que cree en el Señor Jesucristo será salvo, aun si sus pecados son muchos. Pero aquél que no cree en el Señor Jesús será condenado, aun si sus pecados son pocos”, Marcos 16:16 ¿Tienes tú fe? Pues el texto declara “Sin fe es imposible agradar a Dios.
Nunca ha habido un caso registrado en la Escritura, de alguien que haya agradado a Dios sin fe. El capítulo 11 del Libro de Hebreos es el capítulo de los hombres que agradaron a Dios. Escuchen sus nombres: “Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio.” “Por la fe Enoc fue transpuesto.” “Por la fe Noé preparó el arca.” “Por la fe Abraham obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia.” “Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida.” “Por la fe Sara dio a luz a Isaac.” “Por fe ofreció Abraham a Isaac.” “Por fe Moisés rehusó los tesoros de los egipcios.” “Por fe bendijo Isaac a Jacob.” “Por fe Jacob bendijo a cada uno de los hijos de José.” “Por fe José, moribundo, se acordó de la partida de los hijos de Israel.” “Por fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca.” “Por fe cayeron los muros de Jericó.” “Por fe Rahab la ramera no pereció.” “¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas.” Todos estos fueron hombres de fe.
Debemos ir hacia Cristo de rodillas. Pues aunque Él es una puerta lo suficientemente grande para que el mayor de los pecadores pueda entrar, Él es una puerta tan baja que los hombres tienen que inclinarse si quieren ser salvos. Por eso es que la fe es necesaria, pues la incredulidad es una evidencia cierta de falta de humildad.
La fe es necesaria para la salvación porque la Escritura nos enseña que las obras no pueden salvar.
Si se confiara en las buenas obras para ser salvo, ellas ya se habrían corrompido de por sí, y ya no serían buenas obras. Haz buenas obras, todas las que puedas, pero deposita tu confianza en nuestro Señor Jesucristo. Si no lo haces así, nunca abrirás la puerta del Cielo. Se debe tener fe verdadera, porque la vieja llave de las buenas obras está tan dañada por todos nosotros que nunca podremos entrar al Paraíso utilizando esa llave.
Si alguno de ustedes pretende no tener pecado, lo diré con sinceridad, se engaña a sí mismo y la Verdad no está en él.
¡Cuida tus buenas obras! Hazlas después de la fe y recuerda, el camino a la salvación es simplemente creer en Jesucristo. Sin fe es imposible ser salvo y agradar a Dios porque sin fe no hay unión con Cristo.
Y la unión con Cristo es indispensable para nuestra salvación.
Si yo llego ante el Trono de Dios con mis oraciones, nunca serán contestadas a menos que lleve a Cristo conmigo.
Un argumento más: “Sin fe es imposible perseverar en la santidad.
¡Qué multitud de cristianos de conveniencia tenemos hoy en día! Muchos cristianos se parecen a algunos habitantes del mar, que en buen clima navegan en la superficie del mar en un espléndido escuadrón, como los poderosos barcos. Pero en el mismo instante en que el viento forma olas, bajan las velas y se hunden en las profundidades.
¿Tienes fe? ¿Crees en el Señor Jesucristo con todo tu corazón?
Voy a someterte a tres pruebas, por cierto muy breves:
Quien tiene fe ha renunciado a su justicia propia. Si pones un átomo de confianza en ti mismo no tienes ninguna fe. Si pones una partícula de confianza en cualquier otra cosa que no sea la obra de Cristo, no tienes fe.
Si confías en tus obras, estas obras son anticristo y Cristo y el anticristo no pueden estar juntos. Para Cristo es todo o nada. Él debe ser el Salvador suficiente o no lo será en lo absoluto.
Oh, si no amas a Cristo, no crees en Él. Pues creer en Cristo engendra amor. Y aún más: aquél que tiene fe verdadera tendrá sumisión verdadera.
Si un hombre dice tener fe y no tiene obras, miente. Si alguien declara que cree en Cristo y no vive una vida santa, miente.
Pues aunque no confiamos en las buenas obras, sabemos que la fe siempre engendra buenas obras. La fe engendra la santidad. Y no se tiene al que engendra si no se ama al hijo. Las bendiciones de Dios son dadas con ambas manos, son dobles. Con una mano Él otorga el perdón. Con la otra mano siempre da la santidad. Y ningún hombre puede tener una bendición sin la otra.
Y ahora, mis queridos hermanos, ¿me debo poner de rodillas e implorarles en el nombre de Cristo que conteste cada quien esta pregunta en el silencio de su habitación: ¿Tienes fe? Oh, responde: ¿sí o no? Por favor, no digas “no sé” o “no me importa.”
Ah, te va importar un día, cuando la tierra tiemble y el mundo se sacuda de un lado a otro. Te importará cuando Dios te llame a juicio y condene a los incrédulos y a los impíos.
¡Se Debe Ir Hacia Cristo De Rodillas!
Que Dios te bendiga.

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