LA AUTORIDAD DE LA PALABRA DE DIOS
2a Timoteo 3:16, dice:
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia”.
¿Qué nos enseña este versículo?
« Que, Dios gobernó la pureza de Las Escrituras Sagradas, inspirando a cuarenta y cuatro hombres con el soplo divino del Espíritu Santo; entregó 66 libros que conforman La Biblia, y cuidó su pureza en todos los tiempos.
« La relación de causa y efecto expresada en el atributo divino de la inspiración, significa que, la Causa Primera es Dios y Él es el que inspiró a hombres santos, para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.
¿Y cual es esa justicia?: La Justicia Del Reino De Dios.
Mateo 6:33 «...buscar primeramente el reino de Dios y su justicia...».
Y, como dice en: Romanos 1:17 “... la justicia se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá”.
La fe en Cristo Jesús. 2a Timoteo 3:15
2 Pedro 1:20 añade: “entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada”.
Si la causa primera es Dios, corresponde a Él interpretar las Escrituras. Eso significa que, sin la ayuda y el gobierno del Espíritu Santo no es posible comprender La Biblia. Pues, el autor no es el hombre, sino, Dios mismo que ha iluminado sus enseñanzas.
Llama a reflexión el pasaje bíblico en Lucas 4: 9-11 que narra La Tentación De Jesús, y la interpretación privada que hace el diablo del Salmo 91:11-12 “Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra”.
La interpretación privada de Las Escrituras Sagradas es maliciosa; eso significa la incapacidad del hombre natural para analizar a su modo La Biblia, como hacen algunos que dicen: “en realidad no quiso decir eso Las Escrituras Santas”; esa postura puede venir del tentador. Tener presente que La Palabra de Dios es verdadera y limpia; Salmos 12:6 declara: “Las palabras de Jehová son palabras limpias, Como plata refinada en horno de tierra, Purificada siete veces.
En esa virtud: El Antiguo y el Nuevo Testamento tienen la misma autoridad y se complementan entre sí.
La Biblia se revela en sí misma; el Nuevo Testamento está escondido en el Antiguo y, el Nuevo es la revelación del Antiguo Testamento.
Las Palabras de profetas y apóstoles tienen la misma autoridad: 2 Pedro 3:2 dice: “Para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles”.
La sabiduría divina es difícil de entender, se enseña en 2 Pedro 3:16-17 “...hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición. Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza.
La Palabra de Dios es eterna y es la revelación de Cristo Jesús:
Sigamos con detenimiento estas enseñanzas:
Salmos 119:160 dice: “La suma de tu palabra es verdad, Y eterno es todo juicio de tu justicia”. Y Hebreos 4:12 “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”
Jesús dijo: “... “las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.” Juan 6:63.
Santiago 1:21 recomienda: “...desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas”.
Lo dicho ilustra: Que cuando Jesús dice que sus palabras son espíritu, se está refiriendo, que tienen la autoridad del Espíritu Santo. Eso significa que haya un riesgo enorme negar o cuestionar la autenticidad divina de la Palabra de Dios.
Dice Mateo12:31-32
“Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero”.
Otra advertencia del Señor está dicha en Apocalipsis 22:19
“Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro”.
A los amigos lectores, sean ellos agnósticos que defiendan la incognoscibilidad de lo suprasensible, y la imposibilidad del conocimiento de Dios, o los ateos, que niegan la existencia de Dios, o los religiosos que expresan voluntad de adoración ritual a un ser superior; se les invita a tener una experiencia personal con Jesús a través de la lectura de La Biblia bajo la autoridad del Espíritu Santo; a los cristianos, escudriñemos las Santas Escrituras siempre con la ayuda del Espíritu Santo, pidiendo su presencia en oración, Él nos enseñará todas las cosas, y nos recordará todo lo que Jesús nos ha enseñado, conforme a su promesa de Juan 14:26. Amén.
2a Timoteo 3:16, dice:
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia”.
¿Qué nos enseña este versículo?
« Que, Dios gobernó la pureza de Las Escrituras Sagradas, inspirando a cuarenta y cuatro hombres con el soplo divino del Espíritu Santo; entregó 66 libros que conforman La Biblia, y cuidó su pureza en todos los tiempos.
« La relación de causa y efecto expresada en el atributo divino de la inspiración, significa que, la Causa Primera es Dios y Él es el que inspiró a hombres santos, para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.
¿Y cual es esa justicia?: La Justicia Del Reino De Dios.
Mateo 6:33 «...buscar primeramente el reino de Dios y su justicia...».
Y, como dice en: Romanos 1:17 “... la justicia se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá”.
La fe en Cristo Jesús. 2a Timoteo 3:15
2 Pedro 1:20 añade: “entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada”.
Si la causa primera es Dios, corresponde a Él interpretar las Escrituras. Eso significa que, sin la ayuda y el gobierno del Espíritu Santo no es posible comprender La Biblia. Pues, el autor no es el hombre, sino, Dios mismo que ha iluminado sus enseñanzas.
Llama a reflexión el pasaje bíblico en Lucas 4: 9-11 que narra La Tentación De Jesús, y la interpretación privada que hace el diablo del Salmo 91:11-12 “Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra”.
La interpretación privada de Las Escrituras Sagradas es maliciosa; eso significa la incapacidad del hombre natural para analizar a su modo La Biblia, como hacen algunos que dicen: “en realidad no quiso decir eso Las Escrituras Santas”; esa postura puede venir del tentador. Tener presente que La Palabra de Dios es verdadera y limpia; Salmos 12:6 declara: “Las palabras de Jehová son palabras limpias, Como plata refinada en horno de tierra, Purificada siete veces.
En esa virtud: El Antiguo y el Nuevo Testamento tienen la misma autoridad y se complementan entre sí.
La Biblia se revela en sí misma; el Nuevo Testamento está escondido en el Antiguo y, el Nuevo es la revelación del Antiguo Testamento.
Las Palabras de profetas y apóstoles tienen la misma autoridad: 2 Pedro 3:2 dice: “Para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles”.
La sabiduría divina es difícil de entender, se enseña en 2 Pedro 3:16-17 “...hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición. Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza.
La Palabra de Dios es eterna y es la revelación de Cristo Jesús:
Sigamos con detenimiento estas enseñanzas:
Salmos 119:160 dice: “La suma de tu palabra es verdad, Y eterno es todo juicio de tu justicia”. Y Hebreos 4:12 “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”
Jesús dijo: “... “las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.” Juan 6:63.
Santiago 1:21 recomienda: “...desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas”.
Lo dicho ilustra: Que cuando Jesús dice que sus palabras son espíritu, se está refiriendo, que tienen la autoridad del Espíritu Santo. Eso significa que haya un riesgo enorme negar o cuestionar la autenticidad divina de la Palabra de Dios.
Dice Mateo12:31-32
“Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero”.
Otra advertencia del Señor está dicha en Apocalipsis 22:19
“Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro”.
A los amigos lectores, sean ellos agnósticos que defiendan la incognoscibilidad de lo suprasensible, y la imposibilidad del conocimiento de Dios, o los ateos, que niegan la existencia de Dios, o los religiosos que expresan voluntad de adoración ritual a un ser superior; se les invita a tener una experiencia personal con Jesús a través de la lectura de La Biblia bajo la autoridad del Espíritu Santo; a los cristianos, escudriñemos las Santas Escrituras siempre con la ayuda del Espíritu Santo, pidiendo su presencia en oración, Él nos enseñará todas las cosas, y nos recordará todo lo que Jesús nos ha enseñado, conforme a su promesa de Juan 14:26. Amén.
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