Versiones Corruptas de la Biblia.
Por Enrique Ivaldi, Pastor Luterano –
Primera Parte.
LA BIBLIA es el libro más maravilloso y precioso en el mundo. En estos días de rápidos cambios y de fundamentos que se derrumban, qué bendecido resultará recordar lo que dice nuestro Señor Jesucristo, “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.”, Mateo 24.35.
Que consuelo y fortaleza vienen al escuchar, “Para siempre, oh Jehová, Permanece tu palabra en los cielos”, Salmo 119.89.
Qué agradecidos estamos porque “... el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos;”, 2 Timoteo 2.19.
Debemos, no obstante, saber que la Biblia está siendo atacada. Satanás, quien tuvo éxito al venderle a Eva la primera “versión revisada” de la Palabra de Dios en el Edén, ha estado, seguramente, muy ocupado en el siglo veinte y en lo que va del veintiuno en la misma tarea. Hemos oído de la “explosión demográfica”, y de la “explosión del conocimiento científico” – pero estamos ahora en medio de una “explosión de traducciones bíblicas”, un verdadero diluvio de ‘nuevas Versiones de la Biblia’, traducciones, revisiones, y paráfrasis, todas clamando ser “la más segura”, “la más legible” y “la más actualizada”.
La publicidad y venta de estas “nuevas” Biblias ha llegado a ser un negocio altamente productivo, empleándose toda la artillería psicológica del marketing post-moderno para endosárselas al público.
Algunos piensan que esta proliferación de versiones de la Biblia es magnifica. No obstante, gente seria, dada a la reflexión, podría eventualmente preguntar, “¿Cuál de estas Biblias es la Biblia real – la verdadera Palabra de Dios?”
En 2 Corintios 2.17 el Espíritu de Dios alerta contra los “...muchos, que medran falsificando la palabra de Dios”.
Por lo tanto, no sorprende al estudiar la Historia de la Iglesia, descubrir que tales intentos por corromper la Palabra de Dios se han hecho notoriamente indudables en los alterados, contaminados y revisados manuscritos que se propusieron como Palabra de Dios en distintas épocas.
Desgraciadamente, muchas personas hoy no advierten que corrupciones aún mayores de la Palabra tienen lugar delante de nuestros propios ojos.
El propósito de estas líneas es compartir con el pueblo del Señor, de modo simple y breve, alguna información significativa que hemos hallado al evaluar este tema.
Investigación más amplia y minuciosa se hará necesaria para todo Cristiano responsable.
Es casi imposible en este escrito trazar la línea de la historia y preservación de la Verdadera Palabra de Dios a lo largo de los siglos. Sin embargo, en la Providencia Divina, dos hechos relevantes sucedieron en los siglos 15 y 16, por los cuales deberemos estar eternamente agradecidos: Primero, la invención de la Imprenta; segundo, la Reforma Protestante.
Fue la combinación de esos dos desarrollos lo que hizo posible la traducción y publicación de la Versión Autorizada, conocida como King James Version (KJV); y asimismo la Versión Original de Lutero, la Versión de Casiodoro de la Reina, la Biblia Portuguesa Ferreira de Almeida y otras originadas por los Reformadores.
Desde entonces hasta ahora, estos dones maravillosos de Dios han cambiado el curso de la Historia –y gozamos aún hoy de sus beneficios.
Toda la teología de la Reforma, y la de los herederos de la Reforma hasta el siglo 19 inclusive, se ha desarrollado y está fundada en estos textos providenciales.
En el último segmento del siglo 19, Satanás y sus ángeles planearon la demolición de la iglesia minando su fundamento, la Biblia.
El libro “Origen de las Especies”, del ex seminarista Charles Darwin, fue ciegamente aceptado como “la nueva luz sobre un viejo problema” por los “académicos” de aquella época, obsesionados largo tiempo por el racionalismo y el humanismo, corrientes profanas, nacidas en el mismo siglo 16, y caracterizadas por su antropocentrismo anti-bíblico de origen pagano.
Teorías y “métodos” de “alta critica” y “criticismo textual”, se desarrollaron y entreveraron en la jerga académica, de manera tan intrincada, que el hombre común no pudo percibir que aquellos eran ataques directos y reales contra la Palabra de Dios---aún cuando se argumentaba, con sutileza, que era “un esfuerzo para proveer al lector con un texto ‘más correcto’ del Nuevo Testamento”, y “traducir el Nuevo Testamento de un modo más inteligible”.
El desplazamiento hacia estas nuevas versiones fue, inicialmente, muy lento; ahora, por el contrario, comprobamos con estupor cómo se han desalojado las Versiones fieles por textos espurios, basados en manuscritos semejantes, si no los mismos, (de origen Arriano), a los que acuden los Testigos de Jehová.
Con la finalidad de comprender con propiedad el problema de las modernas, y corruptas, versiones de la Biblia, resultará importante señalar dos factores: Primero, la confiabilidad del documento que se traduce. Segundo, el conocimiento, habilidad y fidelidad a Dios de los traductores.
En ambos parámetros, la King James Version, la Biblia del Oso, y la de Lutero, permanecen inigualadas.
En 1881, influenciados por, y partidarios de, la “Teoría de la Evolución”, dos hombres, no confesantes de la Fe Evangélica ortodoxa, Brooke Foss Wescott y Fenton J. A. Hort, produjeron una versión muy diferente del Nuevo Testamento Griego –una que difiere con el Textus Receptus (el Griego subyacente a la KJV, por ejemplo) en más de 5.700 pasajes. El Texto Griego de Wescott-Hort fue, más tarde, utilizado como la base de la English Revised Bible y la American Standard Version. Es el fundamento textual del Griego de Aland-Néstle y de Sociedades Bíblicas Unidas. Este texto da preeminencia a dos Manuscritos corruptos – el Vaticanus (Codex B), que fuera hallado en la Biblioteca del Vaticano en 1481 (fue conocido por los traductores de la King James, pero ellos lo descartaron), y el Sinaiticus (Codex Aleph), el cual, a su vez, fue encontrado en un canasto de desperdicios, en el patio del Monasterio situado al pie del Monte Sinaí, en 1844. El Vaticanus-Sinaiticus fue copiado, a su vez, desde una misma fuente en el siglo 4
(bajo el dominio casi universal del Arrianismo); Wescott y Hort le dieron gran importancia basados en el hecho, según argumentaban, -no decisivo, por otra parte-, de su antigüedad.
Está claro que una cosa no es más verdadera que otra tan solo por ser “más antigua.”
Tischendorf, el hombre que descubriera el manuscrito Sinaiticus, anotó por lo menos 12.000 cambios introducidos en el manuscrito por manos ajenas al copista original.
Es difícil comprender por qué documentos como ésos pueden simplemente lograr que se pase por alto el hecho simple de que el Texto Griego que subyace a la KJV y otras versiones de la Reforma (el Textus Receptus o Texto Mayoritario) tengan una fidelidad básica del 90-95% con todos los manuscrito conocidos vinculados con la Sagrada Escritura, cuyo número ¡ASCIENDE A MAS DE CINCO MIL MANUSCRITOS!
LA “ENGLISH REVISED BIBLE (ERV)” (1885) Y LA “AMERICAN STANDARD
BIBLE (ASV)” (1901).
El primer ataque a gran escala sobre la Palabra de Dios vino con la publicación de la ERV en 1885, y su contraparte, la ASV, en 1901.
Sólo unas pocas voces de protesta se dejaron escuchar. Muchos honestos defensores de la fe en aquellos días no fueron advertidos, según parece, que la ASV difería con la KJV en más de 36.000 pasajes; o que el Texto Griego subyacente a la traducción de la ASV (Texto de Wescott Hort) difería del Textus Receptus (subyacente a la KJV y otras Versiones de la Reforma) en más de 5.700 instancias. Posiblemente la ortodoxia de aquellos tiempos estaba combatiendo en otro frente: la infiltración de los Liberales en Academias y Seminarios; o tal vez, se debió al hecho de que la ASV nunca, realmente, alcanzó una aceptación general.
Como sea, no fue sino hasta la aparición de la REVISED STANDARD VERSION (RSV) en 1946 y 1952, que los Cristianos fieles comprendieran hasta qué punto una versión espuria de la Biblia podía ser usada como instrumento de Satanás.
LA “REVISED STANDARD VERSION (RSV)”.
Varios en el pueblo de Dios despertaron cuando la RSV fue publicada en 1952. Esta versión, supuestamente una revisión de la ASV de 1901, eliminaba la palabra “virgen” (Heb. “almah”) en la profecía del nacimiento virginal de Cristo en Isaías 7.14” He aquí que la virgen concebirá”; hacía otros numerosos y descarados cambios; y llevó el “copyright” del apóstata “Concilio Nacional de Iglesias”.
Las protestas se dejaron oír desde diversos lugares. Lamentablemente, muchos fallaron al no ver que varios de los item que hallaban como objetables en la RSV ya se encontraban en la ASV. El furor contra la RSV se fue extinguiendo poco a poco. Sin embargo, esta fue la versión que preparó el campo y pavimentó el camino para las futuras perversiones de la Escritura. Ella condicionó a la gente a “aceptar cambios” en la Biblia –cambios dictados por “los académicos modernos”. Al menos, la RSV dejaba la palabra “virgen” en las referencias al nacimiento de Cristo del Nuevo Testamento. Futuras versiones en Inglés, como la “GOOD NEWS FOR MODERN MAN” (1966) y la “GOOD NEWS
BIBLE” (1976) (modelos de la lamentable paráfrasis “Dios Habla Hoy”), se encargaron de remover definitivamente el vocablo tanto en el Nuevo como en el Antiguo Testamento.
En estas versiones, hechas bajo el punto de vista heterodoxo y herético del Jefe de la Comisión, Dr. Robert Bratcher, se excluyó, asimismo, el precioso vocablo “sangre” de Cristo en varios pasajes del Nuevo Testamento. Fue remplazado por el termino “muerte”, o “costoso sacrificio”, (palabras no objetables, siempre y cuando estén en su propio lugar en el texto original). Asimismo, Bratcher, Unitario, omite varios pasajes que aluden a la Deidad de Cristo. Esta versión, y sus duplicados en otras lenguas, es una de las peores jamás producidas; como otras, hace uso de un lenguaje burdo e insípido; sin embargo, se han distribuido por millones, gracias al llamativo endoso de personas como Billy Graham, Bill Bright y otros predicadores del movimiento Evangelical.
LA “LIVING BIBLE” (1967 y 1971).
Citamos Biblias editadas en Inglés ya que ellas, o la mayoría de ellas, han sido luego vertidas a otros idiomas (La Reina Valera “Actualizada” es a la Reina 1909 lo que “New King James Versión” es a la King James; la NASV es paralela con la “Biblia de las Américas”, etc.)
Esta “Living Bible” no constituye en realidad una traducción, sino otra paráfrasis. Promocionada asimismo por Billy Graham , vendió unos 20 millones de ejemplares y enriqueció a su autor, Ken Taylor. Es de fácil lectura, pero sacrifica la Verdad en muchos lugares. Taylor admite que él se apartó de la traducción “palabra por palabra”, adoptando el sistema de paráfrasis llamado “equivalencia dinámica”, un “sistema” que permite que cada uno haga decir a la Biblia lo que su tendencia personal le sugiere.
Estos autores han dejado de lado los dos principios esenciales: el Texto confiable, y la habilidad, talento y lealtad a Cristo y Su doctrina.
Taylor, por su parte, dijo haber utilizado la ASV de 1901 como “base” de su aventura, es decir, trabajó sobre un texto ya profundamente corrupto. Como otras”versiones”, elimina vocablos preciosos para la fe Cristiana como “Gracia” (en Juan 1.17; Hechos 4.33; 15.11; 20.24; Romanos 3.24; 2Corintios 9.8; Efesios 2.8-9; Judas 1:4; y “Arrepentimiento” en Mateo 9.13 (también la NVI) y Hechos 13.24. [Entre nosotros es funestamente inolvidable el término “mensaje de Dios” en lugar de “Palabra de Dios”, y la sustitución de “Gracia” por “Bondad”]. Se hacen cambios significativos en materias tales como Génesis 1.1-2; y una profecía sobre Cristo en Zacarías 13.6. Se modifica el significado de Romanos 8.28; y en 1 Timoteo 3.11, se requiere de la esposa de un Diácono no ser “una borracha”. Como en otras versiones, se usa lenguaje vulgar, como en Juan 9.34; 11.39 y 2 Reyes 18.27.
LA NEW AMERICAN STANDARD VERSION.
La NASV se presentó como la BIBLIA de los conservativos evangélicos. El Prefacio menciona que la NASV “fue producida con la convicción de [rendir] las palabras de las Escrituras tal como éstas se han recibido originalmente en el texto Hebreo y Griego inspiradas por Dios”.
El problema básico, sin embargo, se hace evidente en esta declaración, “La traducción sigue los principios utilizados en la American Standard Version de 1901, conocida como la Roca de la Honestidad Bíblica”. ¿Quién ha dado este título a la ASV? En los principios de la “Revisión”, se dice, “Al revisar la ASV, se prestó consideración al mejor texto Griego. Generalmente se siguió la edición 23era. del Texto Griego de Néstle.” Y aquí arribamos otra vez al eje de la cuestión de todas estas modernas traducciones de la Biblia: todas siguen el corrupto Texto Griego de Wescott-Hort, y no el Textus Receptus.
El Deán Dr. John William Burgon y otros asociados produjeron, a partir de 1883, insuperables materiales de estudio académico, demostrando la falsedad de las teorías documentales de Wescott-Hort, sobre el fundamento de la evaluación de los Manuscritos que componen tanto el Textus Receptus como los Codex Aleph y B, los dos Manuscritos corruptos sobre los cuales Wescott-Hort inventaron su fraudulento Texto Griego, que es el modelo de Aland-Néstle y SBU. Burgon y otros eruditos apelaron no sólo a los Manuscritos existentes, sino a pruebas de la Patrística, Leccionarios y Liturgias, de todo lo cual surge científicamente la legitimidad del Textus Receptus y la falsedad del Texto
Wescott-Hort.
Tanto este Texto como los de Aland-Néstle y SBU dependen de las espurias lecturas de los Codex Vaticans Sinaiticus, el “B” (Vaticanus) y el “Aleph” (Sinaiticus).
La médula de la cuestión (desconocida por muchos) es ésta: EXISTEN DOS CUERPOS DE MANUSCRITOS SUBYACENTES DETRÁS DE LAS VERSIONES DE LA BIBLIA: uno es el Textus Receptus, en el Nuevo Testamento, y el Texto Masorético de Ben Chayim, para el Antiguo Testamento (sobre el que se rinden la KJV, Reina, hasta 1909, la Versión Original de Lutero, la Ferreira de Almeida Corregida, la Rusa del Santo Sínodo, la Islandesa Gottschkalsson, etc.), y el otro cuerpo, sobre el cual se están produciendo las “versiones modernas”(“Dios Llega al Hombre”, RVA, NVI, Biblia de Jerusalén, etc.), integrado por el Texto de Wescott-Hort y un texto emanado y aprobado por el Vaticano y otras Sociedades Bíblicas “Protestantes”, en 1937, llamado, “Biblia Hebraica Stuttgartensia”, o BHS, el Texto “Leningrado Ms B 19ª” o texto de “Ben Asher”, publicado en 1971 por el Instituto Bíblico Pontificio.
El Texto Masorético providencialmente preservado por Dios, a través de Rabinos leales a su tradición, es el llamado “Texto de Bomberg”, o “Ben Chayim”; y éste, así como el Textus Receptus en Nuevo Testamento, fueron los utilizados por los traductores de la KJV, Reina, Lutero Original, la Biblia Italiana Diodatti, la Húngara Erdosi, la Holandesa Calvinista De Grave, y otras ya nombradas, etc.
Recuerde esto: las traducciones legítimas tienen un Texto del NT con 90-95% de concordancia en más de 5.000 Manuscritos. Las espurias reposan en sólo dos Códices, que ni siquiera coinciden entre sí. Estos textos han mutilado miles de palabras y pasajes de la Sagrada Escritura, introducido, a su vez, otras, y deformado otras tantas.
Siendo la English Revised Bible la primera de estas versiones falsificadas de la Escritura, será interesante anotar aquí uno de los comentarios de Gail Riplinger, relativo a las investigaciones del Dr. Jack Moorman, que denotan la superioridad indiscutida de la Versión Autorizada.
Moorman revisó los antiguos Manuscritos Unciales A, C y D, y comprobó que coincidían con la King James Version dos por uno y tres por dos. Luego examinó los alfabetos Unciales, y el resultado fue tres coincidencias sobre cuatro. En tanto, se halló que el Sinaiticus en uso tiene unas quince mil doscientas enmiendas posteriores a su redacción original.
La King James Version prevalece, pues, más que ampliamente en su fidelidad.
Pero esto no es todo. Moorman examinó otras antiguas versiones del Nuevo Testamento, y halló que los 60 Antiguos Manuscritos Latinos coincidían con la KJV dos por uno; los trescientos manuscritos de la Peshitta tienen una coincidencia de tres por uno (de cada cuatro, tres coinciden plenamente); igual proporción con los Manuscritos Góticos; los Armenios, dos de cada tres. Las citas bíblicas de los Padres de la Iglesia, conservadas en número de 87.000 por el Museo Británico, presentan dos citas de cada autor en concordancia. La antigüedad del Texto fundamental de la KJV incorpora la Versión Gótica, fechada en 360; la Versión Anglo-Sajona, fechada entre 600 y 900; la traducción de Wycliffe, en 1381, y la de William Tyndale, en 1526. Al comparar estas versiones con la King James Version, contrastándola con las “nuevas versiones”, no cabe duda de que la KJV y sus similares son EL TEXTO históricamente utilizado por la iglesia en un período tan antiguo como 360 DC.
Los herederos de la Reforma confesamos no sólo la Inerrancia e Inspiración Verbal, sino, asimismo, la Preservación Providencial
Salmo 12. 6-7 “Las palabras de Jehová son palabras limpias. Como plata refinada en horno de tierra. Purificada siete veces. Tú, Jehová, los guardarás. De esta generación los preservarás para siempre”.
1 Pedro 1. 23-25”siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. Porque: Toda carne es como hierba. Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae”.
Mateo 24:35”El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.”
Isaías 40:8”Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre”.
LA NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL.
Como la NASV, la Nueva Versión Internacional fue elaborada por aquellos que dicen
“sostener un elevado criterio sobre las Escrituras”.
Gerenciada originalmente por la Sociedad Bíblica de Nueva York y actualmente por Zondervan Inc., esta versión apareció en 1973, con el Antiguo Testamento propuesto para 1978. Su presentación original mencionaba que sus traductores representaban “un amplio espectro de la Cristiandad evangélica”. No se definió como una nueva “revisión”, sino como una traducción “completamente nueva”; “hecha por numerosos académicos trabajando directamente sobre el Griego”.
El Texto Griego se calificó como “ecléctico”. Dicho de modo accesible, esto significa que el grupo hizo una selección de textos y dijo que esta selección se hacía “de acuerdo con los principios correctos del criticismo textual”. Sin embargo, no mencionaron cuáles eran esos “principios” –ya hemos visto como se ha venido socavando la Escritura sobre bases de unos supuestos “correctos principios de crítica textual”.
Cuando usted examina el texto, encuentra que la NVI omite muchos de los versículos y pasajes ya excluidos por la ASV y la NASV. Un problema adicional, además, surge del hecho que, donde un versículo completo es omitido, incluso el número del versículo se descarta y sólo una referencia remite al lector a una nota al pie donde se provee una explicación y se rinde el versículo faltante, dándose la impresión de que éste “es inseguro” y contenido “en ciertos manuscritos”. Lo que no se dice que esos “ciertos manuscritos” son los Cinco Mil que conforman el Textus Receptus, en tanto la NVI sigue el ya conocido esquema textual de Wescott-Hort, al que se llama “textos originales”. “Todas las versiones subsecuentes a la RSV”, escribe John Kohlenberg, “han adoptado su esquema... y aceptan el Texto Griego de Wescott-Hort” como el texto original (“Words about the Word”, 1987, p. 42). La evidencia que ofrece la NVI es la ya conocida por las anteriores “versiones”; palabras del texto son eliminadas; se agregan otras y vocablos esenciales son modificados. Últimas ediciones en Inglés comienzan a mostrar nuevas “revisiones de la revisión”, donde ahora aparece el “lenguaje inclusivo” (eliminación de las referencias masculinas a Dios). Esta semeja ser una tendencia: revisión por revisión, el Texto divino se licua y va “apareciendo” otro que difiere del original. Hay presiones de comunidades “Cristianas” de gay y lesbianas sobre textos definidos; y también hay quienes acusan de “antisemitismo” al texto de los Evangelios, especialmente al de Juan.
También se hacen sentir influencias de la teología del “Church Growth Movement”.
Muchos Cristianos honestos de habla Hispana, incluso hermanos que se esfuerzan por mantener viva la llama de la pura doctrina Bíblica, desconocen estos hechos, ya que no se enseña sobre ello en Seminarios ni Academias.
La infiltración de la teología Liberal y la desconfesionalización comenzó a mediados del siglo 19, poco antes de que Wescott-Hort montaran su artimaña textual.
Hay profesores, ya retirados, que fueron instruidos por maestros tan poco recomendables como Bultmann, Tillich, Jeremias, o Barth.
La heterodoxia fue la norma del siglo 20. No existe literatura en Español que no siga eminentemente estos lineamientos de la heterodoxia, aunque pareciera alentador que en los últimos años se haga notar un esfuerzo editorial (y “virtual”), proveniente de la Iglesia
Reformada sobreviviente y de algunos grupos de la resistencia Luterana, que buscan el retorno a la identidad de una correcta teología bíblica y a los Reformadores. Para que esto se haga posible, debe comprenderse previamente la cuestión aquí expuesta. No se puede retornar a la teología de la Reforma ni construirse sobre ella, si el único fundamento de la Iglesia, la Biblia, no es la Biblia sino otro texto.
Los hermanos que ingenuamente acuden a “Dios Llega al Hombre”, o a la “Nueva Versión Internacional”, creen que todos los Cristianos “de hoy día” utilizan la DHH o la NVI. Gracias a Dios no es así. Gracias a Dios, si una mirada más amplia se extiende más allá, y hacia atrás, hacia la Historia de la Iglesia Cristiana, de los Apóstoles a Juan Crisóstomo y San Agustín; de ellos a Gottschalck, de Gottschalk a Wycliffe, de éste a Huss y Jerónimo de Praga, pasando por los Valdenses del Piamonte, llegando a Tyndale, Lutero, Calvino, Beza, Turretin, Latimer, Hooker, Owen, Spurgeon y tantos otros, se verá que las sesenta y cuatro mil palabras perdidas en la DHH y la NVI, finalmente, no se han perdido, ni se perderán, jamás, de la Iglesia de Dios hasta el Retorno de Cristo.
“Mis palabras no pasarán”, ha prometido el Señor Jesús.
“Las palabras del SEÑOR son palabras puras, como plata refinada en horno de barro, purificada siete veces. Tu las preservarás, SEÑOR; de esta generación las librarás para siempre.” (Salmos 12.6-7). Amén.
* * * * * * *
Usted puede ingresar al link siguiente para la Segunda Parte:
http://comunidad.ciudad.com.ar/argentina/capital_federal/luteranos/El%20Caso%20de%20las%20Versiones%20Corruptas%20de%20la%20Biblia.pdf
Contenido:
APÉNDICE I. VERSÍ CULOS REMOVIDOS.
APÉNDICE II. OTRAS DISTORSIONES DE LA NVI.
APÉNDICE III. OTROS ERRORES.
SOLI GLORIA DEO.
Biibliografía Consultada y Recomendada.
Por Enrique Ivaldi, Pastor Luterano –
Primera Parte.
LA BIBLIA es el libro más maravilloso y precioso en el mundo. En estos días de rápidos cambios y de fundamentos que se derrumban, qué bendecido resultará recordar lo que dice nuestro Señor Jesucristo, “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.”, Mateo 24.35.
Que consuelo y fortaleza vienen al escuchar, “Para siempre, oh Jehová, Permanece tu palabra en los cielos”, Salmo 119.89.
Qué agradecidos estamos porque “... el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos;”, 2 Timoteo 2.19.
Debemos, no obstante, saber que la Biblia está siendo atacada. Satanás, quien tuvo éxito al venderle a Eva la primera “versión revisada” de la Palabra de Dios en el Edén, ha estado, seguramente, muy ocupado en el siglo veinte y en lo que va del veintiuno en la misma tarea. Hemos oído de la “explosión demográfica”, y de la “explosión del conocimiento científico” – pero estamos ahora en medio de una “explosión de traducciones bíblicas”, un verdadero diluvio de ‘nuevas Versiones de la Biblia’, traducciones, revisiones, y paráfrasis, todas clamando ser “la más segura”, “la más legible” y “la más actualizada”.
La publicidad y venta de estas “nuevas” Biblias ha llegado a ser un negocio altamente productivo, empleándose toda la artillería psicológica del marketing post-moderno para endosárselas al público.
Algunos piensan que esta proliferación de versiones de la Biblia es magnifica. No obstante, gente seria, dada a la reflexión, podría eventualmente preguntar, “¿Cuál de estas Biblias es la Biblia real – la verdadera Palabra de Dios?”
En 2 Corintios 2.17 el Espíritu de Dios alerta contra los “...muchos, que medran falsificando la palabra de Dios”.
Por lo tanto, no sorprende al estudiar la Historia de la Iglesia, descubrir que tales intentos por corromper la Palabra de Dios se han hecho notoriamente indudables en los alterados, contaminados y revisados manuscritos que se propusieron como Palabra de Dios en distintas épocas.
Desgraciadamente, muchas personas hoy no advierten que corrupciones aún mayores de la Palabra tienen lugar delante de nuestros propios ojos.
El propósito de estas líneas es compartir con el pueblo del Señor, de modo simple y breve, alguna información significativa que hemos hallado al evaluar este tema.
Investigación más amplia y minuciosa se hará necesaria para todo Cristiano responsable.
Es casi imposible en este escrito trazar la línea de la historia y preservación de la Verdadera Palabra de Dios a lo largo de los siglos. Sin embargo, en la Providencia Divina, dos hechos relevantes sucedieron en los siglos 15 y 16, por los cuales deberemos estar eternamente agradecidos: Primero, la invención de la Imprenta; segundo, la Reforma Protestante.
Fue la combinación de esos dos desarrollos lo que hizo posible la traducción y publicación de la Versión Autorizada, conocida como King James Version (KJV); y asimismo la Versión Original de Lutero, la Versión de Casiodoro de la Reina, la Biblia Portuguesa Ferreira de Almeida y otras originadas por los Reformadores.
Desde entonces hasta ahora, estos dones maravillosos de Dios han cambiado el curso de la Historia –y gozamos aún hoy de sus beneficios.
Toda la teología de la Reforma, y la de los herederos de la Reforma hasta el siglo 19 inclusive, se ha desarrollado y está fundada en estos textos providenciales.
En el último segmento del siglo 19, Satanás y sus ángeles planearon la demolición de la iglesia minando su fundamento, la Biblia.
El libro “Origen de las Especies”, del ex seminarista Charles Darwin, fue ciegamente aceptado como “la nueva luz sobre un viejo problema” por los “académicos” de aquella época, obsesionados largo tiempo por el racionalismo y el humanismo, corrientes profanas, nacidas en el mismo siglo 16, y caracterizadas por su antropocentrismo anti-bíblico de origen pagano.
Teorías y “métodos” de “alta critica” y “criticismo textual”, se desarrollaron y entreveraron en la jerga académica, de manera tan intrincada, que el hombre común no pudo percibir que aquellos eran ataques directos y reales contra la Palabra de Dios---aún cuando se argumentaba, con sutileza, que era “un esfuerzo para proveer al lector con un texto ‘más correcto’ del Nuevo Testamento”, y “traducir el Nuevo Testamento de un modo más inteligible”.
El desplazamiento hacia estas nuevas versiones fue, inicialmente, muy lento; ahora, por el contrario, comprobamos con estupor cómo se han desalojado las Versiones fieles por textos espurios, basados en manuscritos semejantes, si no los mismos, (de origen Arriano), a los que acuden los Testigos de Jehová.
Con la finalidad de comprender con propiedad el problema de las modernas, y corruptas, versiones de la Biblia, resultará importante señalar dos factores: Primero, la confiabilidad del documento que se traduce. Segundo, el conocimiento, habilidad y fidelidad a Dios de los traductores.
En ambos parámetros, la King James Version, la Biblia del Oso, y la de Lutero, permanecen inigualadas.
En 1881, influenciados por, y partidarios de, la “Teoría de la Evolución”, dos hombres, no confesantes de la Fe Evangélica ortodoxa, Brooke Foss Wescott y Fenton J. A. Hort, produjeron una versión muy diferente del Nuevo Testamento Griego –una que difiere con el Textus Receptus (el Griego subyacente a la KJV, por ejemplo) en más de 5.700 pasajes. El Texto Griego de Wescott-Hort fue, más tarde, utilizado como la base de la English Revised Bible y la American Standard Version. Es el fundamento textual del Griego de Aland-Néstle y de Sociedades Bíblicas Unidas. Este texto da preeminencia a dos Manuscritos corruptos – el Vaticanus (Codex B), que fuera hallado en la Biblioteca del Vaticano en 1481 (fue conocido por los traductores de la King James, pero ellos lo descartaron), y el Sinaiticus (Codex Aleph), el cual, a su vez, fue encontrado en un canasto de desperdicios, en el patio del Monasterio situado al pie del Monte Sinaí, en 1844. El Vaticanus-Sinaiticus fue copiado, a su vez, desde una misma fuente en el siglo 4
(bajo el dominio casi universal del Arrianismo); Wescott y Hort le dieron gran importancia basados en el hecho, según argumentaban, -no decisivo, por otra parte-, de su antigüedad.
Está claro que una cosa no es más verdadera que otra tan solo por ser “más antigua.”
Tischendorf, el hombre que descubriera el manuscrito Sinaiticus, anotó por lo menos 12.000 cambios introducidos en el manuscrito por manos ajenas al copista original.
Es difícil comprender por qué documentos como ésos pueden simplemente lograr que se pase por alto el hecho simple de que el Texto Griego que subyace a la KJV y otras versiones de la Reforma (el Textus Receptus o Texto Mayoritario) tengan una fidelidad básica del 90-95% con todos los manuscrito conocidos vinculados con la Sagrada Escritura, cuyo número ¡ASCIENDE A MAS DE CINCO MIL MANUSCRITOS!
LA “ENGLISH REVISED BIBLE (ERV)” (1885) Y LA “AMERICAN STANDARD
BIBLE (ASV)” (1901).
El primer ataque a gran escala sobre la Palabra de Dios vino con la publicación de la ERV en 1885, y su contraparte, la ASV, en 1901.
Sólo unas pocas voces de protesta se dejaron escuchar. Muchos honestos defensores de la fe en aquellos días no fueron advertidos, según parece, que la ASV difería con la KJV en más de 36.000 pasajes; o que el Texto Griego subyacente a la traducción de la ASV (Texto de Wescott Hort) difería del Textus Receptus (subyacente a la KJV y otras Versiones de la Reforma) en más de 5.700 instancias. Posiblemente la ortodoxia de aquellos tiempos estaba combatiendo en otro frente: la infiltración de los Liberales en Academias y Seminarios; o tal vez, se debió al hecho de que la ASV nunca, realmente, alcanzó una aceptación general.
Como sea, no fue sino hasta la aparición de la REVISED STANDARD VERSION (RSV) en 1946 y 1952, que los Cristianos fieles comprendieran hasta qué punto una versión espuria de la Biblia podía ser usada como instrumento de Satanás.
LA “REVISED STANDARD VERSION (RSV)”.
Varios en el pueblo de Dios despertaron cuando la RSV fue publicada en 1952. Esta versión, supuestamente una revisión de la ASV de 1901, eliminaba la palabra “virgen” (Heb. “almah”) en la profecía del nacimiento virginal de Cristo en Isaías 7.14” He aquí que la virgen concebirá”; hacía otros numerosos y descarados cambios; y llevó el “copyright” del apóstata “Concilio Nacional de Iglesias”.
Las protestas se dejaron oír desde diversos lugares. Lamentablemente, muchos fallaron al no ver que varios de los item que hallaban como objetables en la RSV ya se encontraban en la ASV. El furor contra la RSV se fue extinguiendo poco a poco. Sin embargo, esta fue la versión que preparó el campo y pavimentó el camino para las futuras perversiones de la Escritura. Ella condicionó a la gente a “aceptar cambios” en la Biblia –cambios dictados por “los académicos modernos”. Al menos, la RSV dejaba la palabra “virgen” en las referencias al nacimiento de Cristo del Nuevo Testamento. Futuras versiones en Inglés, como la “GOOD NEWS FOR MODERN MAN” (1966) y la “GOOD NEWS
BIBLE” (1976) (modelos de la lamentable paráfrasis “Dios Habla Hoy”), se encargaron de remover definitivamente el vocablo tanto en el Nuevo como en el Antiguo Testamento.
En estas versiones, hechas bajo el punto de vista heterodoxo y herético del Jefe de la Comisión, Dr. Robert Bratcher, se excluyó, asimismo, el precioso vocablo “sangre” de Cristo en varios pasajes del Nuevo Testamento. Fue remplazado por el termino “muerte”, o “costoso sacrificio”, (palabras no objetables, siempre y cuando estén en su propio lugar en el texto original). Asimismo, Bratcher, Unitario, omite varios pasajes que aluden a la Deidad de Cristo. Esta versión, y sus duplicados en otras lenguas, es una de las peores jamás producidas; como otras, hace uso de un lenguaje burdo e insípido; sin embargo, se han distribuido por millones, gracias al llamativo endoso de personas como Billy Graham, Bill Bright y otros predicadores del movimiento Evangelical.
LA “LIVING BIBLE” (1967 y 1971).
Citamos Biblias editadas en Inglés ya que ellas, o la mayoría de ellas, han sido luego vertidas a otros idiomas (La Reina Valera “Actualizada” es a la Reina 1909 lo que “New King James Versión” es a la King James; la NASV es paralela con la “Biblia de las Américas”, etc.)
Esta “Living Bible” no constituye en realidad una traducción, sino otra paráfrasis. Promocionada asimismo por Billy Graham , vendió unos 20 millones de ejemplares y enriqueció a su autor, Ken Taylor. Es de fácil lectura, pero sacrifica la Verdad en muchos lugares. Taylor admite que él se apartó de la traducción “palabra por palabra”, adoptando el sistema de paráfrasis llamado “equivalencia dinámica”, un “sistema” que permite que cada uno haga decir a la Biblia lo que su tendencia personal le sugiere.
Estos autores han dejado de lado los dos principios esenciales: el Texto confiable, y la habilidad, talento y lealtad a Cristo y Su doctrina.
Taylor, por su parte, dijo haber utilizado la ASV de 1901 como “base” de su aventura, es decir, trabajó sobre un texto ya profundamente corrupto. Como otras”versiones”, elimina vocablos preciosos para la fe Cristiana como “Gracia” (en Juan 1.17; Hechos 4.33; 15.11; 20.24; Romanos 3.24; 2Corintios 9.8; Efesios 2.8-9; Judas 1:4; y “Arrepentimiento” en Mateo 9.13 (también la NVI) y Hechos 13.24. [Entre nosotros es funestamente inolvidable el término “mensaje de Dios” en lugar de “Palabra de Dios”, y la sustitución de “Gracia” por “Bondad”]. Se hacen cambios significativos en materias tales como Génesis 1.1-2; y una profecía sobre Cristo en Zacarías 13.6. Se modifica el significado de Romanos 8.28; y en 1 Timoteo 3.11, se requiere de la esposa de un Diácono no ser “una borracha”. Como en otras versiones, se usa lenguaje vulgar, como en Juan 9.34; 11.39 y 2 Reyes 18.27.
LA NEW AMERICAN STANDARD VERSION.
La NASV se presentó como la BIBLIA de los conservativos evangélicos. El Prefacio menciona que la NASV “fue producida con la convicción de [rendir] las palabras de las Escrituras tal como éstas se han recibido originalmente en el texto Hebreo y Griego inspiradas por Dios”.
El problema básico, sin embargo, se hace evidente en esta declaración, “La traducción sigue los principios utilizados en la American Standard Version de 1901, conocida como la Roca de la Honestidad Bíblica”. ¿Quién ha dado este título a la ASV? En los principios de la “Revisión”, se dice, “Al revisar la ASV, se prestó consideración al mejor texto Griego. Generalmente se siguió la edición 23era. del Texto Griego de Néstle.” Y aquí arribamos otra vez al eje de la cuestión de todas estas modernas traducciones de la Biblia: todas siguen el corrupto Texto Griego de Wescott-Hort, y no el Textus Receptus.
El Deán Dr. John William Burgon y otros asociados produjeron, a partir de 1883, insuperables materiales de estudio académico, demostrando la falsedad de las teorías documentales de Wescott-Hort, sobre el fundamento de la evaluación de los Manuscritos que componen tanto el Textus Receptus como los Codex Aleph y B, los dos Manuscritos corruptos sobre los cuales Wescott-Hort inventaron su fraudulento Texto Griego, que es el modelo de Aland-Néstle y SBU. Burgon y otros eruditos apelaron no sólo a los Manuscritos existentes, sino a pruebas de la Patrística, Leccionarios y Liturgias, de todo lo cual surge científicamente la legitimidad del Textus Receptus y la falsedad del Texto
Wescott-Hort.
Tanto este Texto como los de Aland-Néstle y SBU dependen de las espurias lecturas de los Codex Vaticans Sinaiticus, el “B” (Vaticanus) y el “Aleph” (Sinaiticus).
La médula de la cuestión (desconocida por muchos) es ésta: EXISTEN DOS CUERPOS DE MANUSCRITOS SUBYACENTES DETRÁS DE LAS VERSIONES DE LA BIBLIA: uno es el Textus Receptus, en el Nuevo Testamento, y el Texto Masorético de Ben Chayim, para el Antiguo Testamento (sobre el que se rinden la KJV, Reina, hasta 1909, la Versión Original de Lutero, la Ferreira de Almeida Corregida, la Rusa del Santo Sínodo, la Islandesa Gottschkalsson, etc.), y el otro cuerpo, sobre el cual se están produciendo las “versiones modernas”(“Dios Llega al Hombre”, RVA, NVI, Biblia de Jerusalén, etc.), integrado por el Texto de Wescott-Hort y un texto emanado y aprobado por el Vaticano y otras Sociedades Bíblicas “Protestantes”, en 1937, llamado, “Biblia Hebraica Stuttgartensia”, o BHS, el Texto “Leningrado Ms B 19ª” o texto de “Ben Asher”, publicado en 1971 por el Instituto Bíblico Pontificio.
El Texto Masorético providencialmente preservado por Dios, a través de Rabinos leales a su tradición, es el llamado “Texto de Bomberg”, o “Ben Chayim”; y éste, así como el Textus Receptus en Nuevo Testamento, fueron los utilizados por los traductores de la KJV, Reina, Lutero Original, la Biblia Italiana Diodatti, la Húngara Erdosi, la Holandesa Calvinista De Grave, y otras ya nombradas, etc.
Recuerde esto: las traducciones legítimas tienen un Texto del NT con 90-95% de concordancia en más de 5.000 Manuscritos. Las espurias reposan en sólo dos Códices, que ni siquiera coinciden entre sí. Estos textos han mutilado miles de palabras y pasajes de la Sagrada Escritura, introducido, a su vez, otras, y deformado otras tantas.
Siendo la English Revised Bible la primera de estas versiones falsificadas de la Escritura, será interesante anotar aquí uno de los comentarios de Gail Riplinger, relativo a las investigaciones del Dr. Jack Moorman, que denotan la superioridad indiscutida de la Versión Autorizada.
Moorman revisó los antiguos Manuscritos Unciales A, C y D, y comprobó que coincidían con la King James Version dos por uno y tres por dos. Luego examinó los alfabetos Unciales, y el resultado fue tres coincidencias sobre cuatro. En tanto, se halló que el Sinaiticus en uso tiene unas quince mil doscientas enmiendas posteriores a su redacción original.
La King James Version prevalece, pues, más que ampliamente en su fidelidad.
Pero esto no es todo. Moorman examinó otras antiguas versiones del Nuevo Testamento, y halló que los 60 Antiguos Manuscritos Latinos coincidían con la KJV dos por uno; los trescientos manuscritos de la Peshitta tienen una coincidencia de tres por uno (de cada cuatro, tres coinciden plenamente); igual proporción con los Manuscritos Góticos; los Armenios, dos de cada tres. Las citas bíblicas de los Padres de la Iglesia, conservadas en número de 87.000 por el Museo Británico, presentan dos citas de cada autor en concordancia. La antigüedad del Texto fundamental de la KJV incorpora la Versión Gótica, fechada en 360; la Versión Anglo-Sajona, fechada entre 600 y 900; la traducción de Wycliffe, en 1381, y la de William Tyndale, en 1526. Al comparar estas versiones con la King James Version, contrastándola con las “nuevas versiones”, no cabe duda de que la KJV y sus similares son EL TEXTO históricamente utilizado por la iglesia en un período tan antiguo como 360 DC.
Los herederos de la Reforma confesamos no sólo la Inerrancia e Inspiración Verbal, sino, asimismo, la Preservación Providencial
Salmo 12. 6-7 “Las palabras de Jehová son palabras limpias. Como plata refinada en horno de tierra. Purificada siete veces. Tú, Jehová, los guardarás. De esta generación los preservarás para siempre”.
1 Pedro 1. 23-25”siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. Porque: Toda carne es como hierba. Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae”.
Mateo 24:35”El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.”
Isaías 40:8”Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre”.
LA NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL.
Como la NASV, la Nueva Versión Internacional fue elaborada por aquellos que dicen
“sostener un elevado criterio sobre las Escrituras”.
Gerenciada originalmente por la Sociedad Bíblica de Nueva York y actualmente por Zondervan Inc., esta versión apareció en 1973, con el Antiguo Testamento propuesto para 1978. Su presentación original mencionaba que sus traductores representaban “un amplio espectro de la Cristiandad evangélica”. No se definió como una nueva “revisión”, sino como una traducción “completamente nueva”; “hecha por numerosos académicos trabajando directamente sobre el Griego”.
El Texto Griego se calificó como “ecléctico”. Dicho de modo accesible, esto significa que el grupo hizo una selección de textos y dijo que esta selección se hacía “de acuerdo con los principios correctos del criticismo textual”. Sin embargo, no mencionaron cuáles eran esos “principios” –ya hemos visto como se ha venido socavando la Escritura sobre bases de unos supuestos “correctos principios de crítica textual”.
Cuando usted examina el texto, encuentra que la NVI omite muchos de los versículos y pasajes ya excluidos por la ASV y la NASV. Un problema adicional, además, surge del hecho que, donde un versículo completo es omitido, incluso el número del versículo se descarta y sólo una referencia remite al lector a una nota al pie donde se provee una explicación y se rinde el versículo faltante, dándose la impresión de que éste “es inseguro” y contenido “en ciertos manuscritos”. Lo que no se dice que esos “ciertos manuscritos” son los Cinco Mil que conforman el Textus Receptus, en tanto la NVI sigue el ya conocido esquema textual de Wescott-Hort, al que se llama “textos originales”. “Todas las versiones subsecuentes a la RSV”, escribe John Kohlenberg, “han adoptado su esquema... y aceptan el Texto Griego de Wescott-Hort” como el texto original (“Words about the Word”, 1987, p. 42). La evidencia que ofrece la NVI es la ya conocida por las anteriores “versiones”; palabras del texto son eliminadas; se agregan otras y vocablos esenciales son modificados. Últimas ediciones en Inglés comienzan a mostrar nuevas “revisiones de la revisión”, donde ahora aparece el “lenguaje inclusivo” (eliminación de las referencias masculinas a Dios). Esta semeja ser una tendencia: revisión por revisión, el Texto divino se licua y va “apareciendo” otro que difiere del original. Hay presiones de comunidades “Cristianas” de gay y lesbianas sobre textos definidos; y también hay quienes acusan de “antisemitismo” al texto de los Evangelios, especialmente al de Juan.
También se hacen sentir influencias de la teología del “Church Growth Movement”.
Muchos Cristianos honestos de habla Hispana, incluso hermanos que se esfuerzan por mantener viva la llama de la pura doctrina Bíblica, desconocen estos hechos, ya que no se enseña sobre ello en Seminarios ni Academias.
La infiltración de la teología Liberal y la desconfesionalización comenzó a mediados del siglo 19, poco antes de que Wescott-Hort montaran su artimaña textual.
Hay profesores, ya retirados, que fueron instruidos por maestros tan poco recomendables como Bultmann, Tillich, Jeremias, o Barth.
La heterodoxia fue la norma del siglo 20. No existe literatura en Español que no siga eminentemente estos lineamientos de la heterodoxia, aunque pareciera alentador que en los últimos años se haga notar un esfuerzo editorial (y “virtual”), proveniente de la Iglesia
Reformada sobreviviente y de algunos grupos de la resistencia Luterana, que buscan el retorno a la identidad de una correcta teología bíblica y a los Reformadores. Para que esto se haga posible, debe comprenderse previamente la cuestión aquí expuesta. No se puede retornar a la teología de la Reforma ni construirse sobre ella, si el único fundamento de la Iglesia, la Biblia, no es la Biblia sino otro texto.
Los hermanos que ingenuamente acuden a “Dios Llega al Hombre”, o a la “Nueva Versión Internacional”, creen que todos los Cristianos “de hoy día” utilizan la DHH o la NVI. Gracias a Dios no es así. Gracias a Dios, si una mirada más amplia se extiende más allá, y hacia atrás, hacia la Historia de la Iglesia Cristiana, de los Apóstoles a Juan Crisóstomo y San Agustín; de ellos a Gottschalck, de Gottschalk a Wycliffe, de éste a Huss y Jerónimo de Praga, pasando por los Valdenses del Piamonte, llegando a Tyndale, Lutero, Calvino, Beza, Turretin, Latimer, Hooker, Owen, Spurgeon y tantos otros, se verá que las sesenta y cuatro mil palabras perdidas en la DHH y la NVI, finalmente, no se han perdido, ni se perderán, jamás, de la Iglesia de Dios hasta el Retorno de Cristo.
“Mis palabras no pasarán”, ha prometido el Señor Jesús.
“Las palabras del SEÑOR son palabras puras, como plata refinada en horno de barro, purificada siete veces. Tu las preservarás, SEÑOR; de esta generación las librarás para siempre.” (Salmos 12.6-7). Amén.
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Usted puede ingresar al link siguiente para la Segunda Parte:
http://comunidad.ciudad.com.ar/argentina/capital_federal/luteranos/El%20Caso%20de%20las%20Versiones%20Corruptas%20de%20la%20Biblia.pdf
Contenido:
APÉNDICE I. VERSÍ CULOS REMOVIDOS.
APÉNDICE II. OTRAS DISTORSIONES DE LA NVI.
APÉNDICE III. OTROS ERRORES.
SOLI GLORIA DEO.
Biibliografía Consultada y Recomendada.
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