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martes, 14 de agosto de 2007

CRISTO EL CAMINO A LA ORACIÓN DE PODER


EL MISTERIO DE LA ORACIÓN:

1 Pedro 3:12 (Reina-Valera 1960)
12 Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal

El texto bíblico nos insta a conocer ¿quiénes son justos para Dios?
«Un justo es una persona que ha recibido a Jesús como Señor y Salvador, y por medio de la sangre de Cristo sus pecados han sido perdonados y por esa sangre es convertido en la justicia de Dios en Cristo».
Dice el Señor, “Yo miro a los justos y escucho sus oraciones” Por eso: NO SE PUEDE ORAR SI NO SE ES JUSTO. Dicho de otro modo: “Uno para poder orar tiene que estar en el nivel de Dios”.
La oración es una comunión con Dios, conversar con nuestro Padre; y eso se logra si llegamos a estar en el mismo nivel de Dios. De otro modo, no hay relación. La Biblia nos enseña: “Sed Santos como Yo Soy Santo” 1 Pedro 1:15,16
Pero, eso no significa que lleguemos a ser como Dios para tener comunión con Él.; pero sí, debemos experimentar la justicia de Dios que se revela por fe y para fe, (Romanos 1:17). Debemos participar de su naturaleza justa y sin pecado, y ser sus hijos. Ser hijo de Dios es hallar gracia en sus ojos: “Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; Átalas a tu cuello. Escríbelas en la tabla de tu corazón; Y hallarás gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres” Proverbios 3:3-4
Cuando ores piensa que Dios ya sabe todas tus necesidades, conoce tus angustias, nada le es desconocido para Él. La oración no es para comunicarle nada nuevo a Él. La oración tiene otro propósito, que nuestro clamor, nuestra súplica sea escuchada. Dios no responde a la necesidad, más sí atiende nuestra fe. Pues, si Dios atendiera la necesidad no habría ser humano en el mundo que viva en necesidad. Empero quiere ver a su hijo justo y oír su plegaria expresada con fe. Dios responde a la fe, mas no a la necesidad. Nos preguntamos: ¿Cuántos enfermos hay en el mundo? Y no son sanados por Dios aunque están en necesidad de sanidad. ¿Cuál es la diferencia? Dios está esperando que esa persona levante sus manos al cielo y extienda su fe al cielo y le pida a Dios en oración que lo sane.
¿Qué es la oración entonces? Es un instrumento de fe que permite a Dios intervenir legítimamente en la tierra a ruego de un hijo justo.
¿Porqué decir legítimamente si Dios es soberano y su actuar es siempre lícito?
Recordemos que Dios hizo al hombre con voluntad libre. Dijo: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, Génesis 1:25. Y Dios respeta su creación; esa es la legitimidad en su actuar, no quebranta el atributo de la libre decisión de sus criaturas. Empero, el hombre desde un principio, usó mal esa autonomía y pecó abriéndosele sus ojos al bien y al mal. Por la desobediencia el hombre perdió su independencia y se entregó a la voluntad de Satanás su tentador. Y desde ese momento el hombre impío es gobernado por el maligno. Su libre albedrío ya no le es legítimo al haber sobrevenido la muerte en la relación inmediata con Dios.
Jesús nos rescató de esa situación de muerte y nos hizo justos por medio de su muerte en la cruz del calvario; haciendo legítima la comunicación con Dios por medio de la oración.
La condición de salvación nos abre la comunión estrecha con nuestro Dios y la oración nuestra tiene todo el poder de obrar milagros. Tenemos autoridad para representar a Dios en la tierra. Nuestros ruegos llegan a Dios con autoridad de que Él intervenga positivamente y se obren milagros y prodigios.
La Oración De Intercesión: Significa implorar a Dios para que intervenga a favor de otros que necesitan de su misericordia. Cuando la Iglesia ora por nuestra nación, por ejemplo, hace legítima la intervención de nuestro Dios a favor de nuestro pueblo.
La oración tiene por virtud restaurar la imagen y semejanza de Dios en el hombre justificado por la gracia divina de Cristo Jesús quien murió para remitir los pecados del impío arrepentido. Somos sacerdotes del pacto nuevo. Apocalipsis 1:6 “y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.
La restauración es completa, pues los atributos del hombre sin pecado comprenden la imagen y semejanza del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Es la presencia de Dios de manera integral sobre el justo. Porque: Los Ojos Del Señor Están Sobre Los Justos, Y Sus Oídos Atentos A Sus Oraciones
AMÉN.

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